Mientras la Comisión Federal de Electricidad insiste en que no es obligatorio el cambio en el sistema de pago de ese servicio, los empleados de la empresa a la cual le fue concesionado el trabajo de colocación de la tarjeta inteligente siguen engañando a las personas para entregarles a fuerza ese documento.

Es lógico, a la concesionaria le conviene colocar más tarjetas inteligentes y utiliza diferentes estrategias, entre las cuales predomina que todos pagarán con ese sistema, y que si no se dan de alta en ese momento y reciben la tarjeta gratuita, cuando ya “todos los demás” estén en el sistema  electrónico, entonces tendrán que pagar para recibir esa tarjeta.

Habrá que ver que la paraestatal, en sus oficinas de atención al público, haga valer el derecho de los usuarios de regresar al sistema de pago tradicional para quienes se hayan arrepentido del sistema electrónico.

Estoy de acuerdo, lo nuevo causa recelo y hay que darle la oportunidad de mostrarnos si funciona o no; aunque tengo una duda: si el recibo impreso de consumo se puede pagar prácticamente en cualquier lado, bancos, tiendas de conveniencia y creo que en algunos supermercados, ¿por qué la tarjeta inteligente sólo se puede pagar en los cajeros de la paraestatal? Al menos eso es lo que les han dicho a quienes la han recibido.