La caída del muro cubano y Yucatán

odos sabemos que las carencias en productos básicos son el motor de las migraciones cubanas más allá de la filosofía política comunista.

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El efecto económico de las nuevas relaciones económicas Estados Unidos-Cuba en México es negativo.

Políticamente hablando jamás van a estar de acuerdo, ya que la visión social norteamericana y cubana son totalmente opuestas; sin embargo, en términos económicos el comercio entre ambas naciones empieza a tomar velocidad, sobre todo en áreas como turismo, materiales de construcción y maquinaria, cómputo, alimentos, etc. 

¿Pero, a quién beneficia esta relación? Obviamente a Estados Unidos, siempre las importaciones de la isla habían sido de México, Centroamérica y Europa y hoy la isla se perfila hacia Estados Unidos para proveerse de insumos, sin el puente y margen de ganancia de los mexicanos.

A corto plazo el comercio se limita a las empresas del gobierno cubano, ya que a la sociedad todavía se le priva de muchas iniciativas empresariales, mismas que, pensamos muchos, no tardarán en llegar al colectivo antillano y entonces los volúmenes de comercio se incrementarán.

Todos sabemos que las carencias en productos básicos son el motor de las migraciones cubanas más allá de la filosofía política comunista, ratificando el principio de Abraham Maslow de que la felicidad no puede llegar jamás a un estómago vacío.

Las principales exportaciones de la Península de Yucatán hacia Cuba son alimentos, refrescos, materiales de construcción y químicos y seguramente bajarán; muchos temen que el turismo americano se vuelque hacia la isla, pero expertos del ramo dicen que a Cuba le hace falta infraestructura, capacidad eléctrica, de agua y estabilidad en las leyes laborales y otras que aseguren las inversiones y que está lejos de igualar a las del mundo.

Definitivamente la apertura no beneficia a México en términos económicos, no a corto, ni a largo plazo. Existen muchas empresas cubanas en Miami que sienten apego por la isla y están listas para invertir ahí, sin embargo, muchos confunden el interés del gobierno de la isla pensando que la sociedad va a tener más libertades económicas, cosa que ni es clara ni cercana.

La estrategia norteamericana de penetrar primero en comercio y cultura para animar a la sociedad local a cambiar no es nueva, lo hizo en Irán en la época del Sha, aprovechó a un líder reformista para proponer la cultura occidental y el pueblo quiso más. Los cambios económicos de sus socios en la historia reciente en China y Rusia son posibles gracias al férreo control político y militar de sus líderes y a eso apuesta Raúl Castro.

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