#Calcetagate o el boomerang mediático

Dicta un conocido dicho que al pueblo hay que darle pan y circo para tenerlo contento...

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Dicta un conocido dicho que al pueblo hay que darle pan y circo para tenerlo contento, y en nuestro país no ha faltado la ocasión para comprobarlo, y mucho más, con la irrupción de las redes sociales en los temas nacionales.

Lo interesante de este “método de gobierno” es que siempre funciona. No importa cuán absurdo sea el tema, la sociedad cae redonda en el debate, quiéralo o no. El más reciente de estos espectáculos vergonzosos, es el efímero #calcetagate, protagonizado por las redes sociales, el presidente Enrique Peña Nieto, y las calcetas que usó en la Carrera Molino del Rey.

En la web circuló una fotografía en la que parecía que el mandatario se colocó la citada prenda al revés, causando la tan infantil y recurrente mofa a una aparente pifia más a las que nos tiene acostumbrados @EPN desde la campaña política.

El hecho, cual era de esperarse, motivó un sin fin de comentarios,  burlas, chistes y uno que otro meme en Twitter y Facebook, trayendo más impopularidad al ya de por sí vilipendiado mandatario. Sin embargo, en esta ocasión, la Presidencia de la República decidió subirse al “tren del mame” y reaccionó, subiendo a sus redes sociales una fotografía de las calcetas en la que se demuestra claramente que la pifia fue para los usuarios: la prenda no se usó de forma incorrecta, pues el modelo era diferente.

Peña Nieto calló a millones que lo criticaron por sus calcetas

Sin más que una imagen y el texto “Aclarando el #calcetagate”, @EPN calló a millones de personas que lo criticaron por este insignificante caso, propio de un circo que, honestamente, ya está perdiendo gracia. En resumen, el boomerang mediático regresó a las redes sociales, donde la descalificación per sé al “enemigo público de la temporada”, parece ser parte del menú de cada día.

Pero –bendita palabra-, la característica de este artefacto australiano es regresar a la mano de quien lo lanzó, y así como la Presidencia devolvió el golpe a los usuarios de las redes sociales, su jugada evidenció el terrible tufo de frivolidad, desconexión y autocomplacencia que se vive en Los Pinos. Lejos de “atar manos” para que no “tweeten”, la reacción de @EPN al #calcetagate revivió en los agravios pasados, y resaltó los presentes.

Sería absurdo pensar que un solo “tweet” resarciría la malograda imagen del presidente, aunque esta vez, en el caso inmediato, demostró que los usuarios de internet tienden a criticar de buenas a primeras y sin argumentación; sin embargo, al asesor del Gobierno Federal que se le haya ocurrido la sesuda idea de “aclarar” una tontería como las calcetas, tal vez, sólo tal vez, debió tener esa misma idea y celeridad en asuntos de mayor importancia social, como la paridad monetaria, los casos Ayotzinapa, Tlatlaya, #Casablanca, #ABC, o los numerosos crímenes en contra de periodistas en el país, o ya, de perdida, haberle dicho al presidente que regresara de Francia al enterarse de la fuga de #ElChapo, como el país demandaba.

Muchos usuarios de las redes sociales mostraron poca coherencia

Cierto, sabemos que las redes sociales “comenzaron” con este enésimo circo mediático del #calcetagate; también, que sus usuarios demostraron poca coherencia y mucha estupidez por enfocarse en tan insignificante detalle. Era obvio que la Presidencia buscaría ganar una “batalla web” por las decenas que lleva perdidas, y si bien demostró que @EPN no usó las calcetas al revés -¡qué logro!-, es muy claro que las prioridades de quienes manejan la comunicación social de Los Pinos están, literalmente, por los suelos, si creen que un par de calcetas cerrarán la boca de la sociedad –como ocurría en el pasado-, ante los urgentes problemas por resolver en el país.

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