Para la mayoría de los que consultamos los medios de comunicación con frecuencia es fácil darnos cuenta de los desafíos que está trayendo el crecimiento de la población en la entidad (ya casi 2 millones de habitantes), sobre todo en materia de seguridad, por lo que el Gobierno del  Estado promueve el programa Escudo Yucatán, que busca principalmente vincular a la sociedad con las autoridades encargadas de salvaguardar el orden.

Con la iniciativa también se anunció la semana pasada que en breve entrarán en operación poco más de mil 240 cámaras de videovigilancia en diversos puntos  del Estado, por lo que sumarán más de mil 800 en funcionamiento en territorio yucateco.
Los aparatos nuevos, a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, se sumarán a los existentes en el Periférico y el Centro Histórico de la ciudad, sobre todo donde hay mayor concentración de gente.

Los dispositivos tienen la ventaja de que funcionan de día y de noche, almacenan los datos y pueden captar con facilidad lo que se le dificulta al ojo humano, aunque, por el contrario, son costosos (un medio de comunicación de la Ciudad de México, donde existen más de 8 mil en funcionamiento, menciona que cuestan poco más de 4 mil dólares).

Además, desde mi punto de vista, es un sistema no invasivo de la libertad de las personas, ya que se concentran, a través de los policías que las monitorean, en  las personas que realizan alguna violación a la ley o actividad ilícita. 

Otro plus de la videovigilancia es que ahora, en  caso de ser víctimas de algún delito a su alcance (de las cámaras), uno podrá solicitar lo capturado en defensa de sus derechos, aunque en caso de que esté equivocado pido a las autoridades que me corrijan.