Cambio climático, mito y realidad (1)

En muy pocos asuntos los científicos encuentran tanto consenso como en que el calentamiento global tiene mano negra: la del hombre.

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Los científicos definen el cambio climático de una manera a mi parecer muy radical, pues sólo lo describen como “todo cambio que ocurre en el clima a través del tiempo (y como) resultado de la variabilidad natural o de las actividades humanas”.

Sin embargo, estos mencionados cambios no son nuevos, pues desde hace años nuestro planeta está expuesto a muchos excesos, que están dando muestras que podemos percibir a simple vista y que muchas veces nos hacen ser indiferentes.

Uno de los fenómenos que ocasionan más daño es el calentamiento global, que es una manifestación más evidente del cambio climático. Dicho efecto se refiere al incremento promedio de las temperaturas terrestres y marinas de este gran globo.

Es importante reconocer que a pesar de que el clima cambia de manera natural, algunos expertos expresan que existen claras señales del calentamiento desde hace casi 50 años, cuyas causas pueden atribuirse sin temor a equivocarnos a las desmedidas actividades humanas, ya que como avanza el tiempo avanza también el daño que los seres humanos ocasionamos a la naturaleza.

Nuestros antepasados convivieron armónicamente con la naturaleza y perfeccionaron la ciencia, se apoyaron en las bondades de la naturaleza para cubrir sus necesidades más básicas, pero nunca dejaron que el recurso se agotara, pues ellos le daban un valor especial a todo lo natural.

Pero bastó tan sólo un siglo para que todo cambiara, las mentes de los hombres fueron envueltas por la avaricia y en poco tiempo desencadenaron una lucha brutal por territorios y por los recursos naturales; nada de esto ha valido la pena, pues el daño al planeta es cada vez mayor, y el hombre ha pretendido de poner fronteras, levantar bardas y tratado de arrebatar los recursos a quienes no tienen las capacidades económicas para mantenerlos.

Sin embargo, más allá de las evidencias científicas sobre las que se sustenta la idea de cambio climático y de la aceptación del mismo como una realidad incontestable por parte de los más altos estamentos científicos y políticos, debemos tener siempre presente que la ciencia no puede ser una actividad dogmática ni estar regida por criterios de autoridad.

El conocimiento científico sobre el cambio climático debe ser objeto de una revisión, estudio y modificación constantes, independientemente del grado de aceptación de una teoría en particular.

Por esta razón considero que el enfoque adecuado para abordar este tema debe ser crítico y que la mejor manera de avanzar en su comprensión es conocer, de primera mano, los problemas a los que se enfrentan científicos y responsables institucionales que trabajan en este campo.

Se puede decir que un 99 por ciento de los científicos que trabajan en este tema coinciden en considerar que los gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles son un factor determinante a la hora de dar una explicación al incremento de temperaturas observado.

Se trata de un consenso muy amplio, realmente existen pocos campos en la investigación científica actual que alcancen un nivel de consenso similar.

Los modelos informáticos que maneja el IPCC (panel intergubernamental sobre el cambio climático) predicen una subida de la temperatura media global de entre dos y cinco grados Celsius para el siglo XXI, estamos hablando de un incremento muy significativo, casi ningún autor pone en duda hoy día que las actividades humanas jueguen un papel determinante en este proceso.

En realidad, los modelos que utiliza el IPCC no realizan una predicción meteorológica para un día concreto o una semana concreta, sino una estimación de los valores que pueden adquirir los distintos parámetros climáticos a partir del promedio de los resultados de los distintos modelos en los distintos escenarios.

El IPCC no dice: “El mes de junio de 2085 va a ser extremadamente seco en España” sino, por ejemplo, “muy probablemente aumentarán las precipitaciones en latitudes altas, y probablemente disminuirán en la mayoría de las regiones terrestres subtropicales, como continuación de las tendencias recientemente observadas”.

Se trata de proyecciones de los valores medios con un intervalo de confianza, no de predicciones exactas para un periodo en particular.

La variabilidad natural del clima puede hacer que un mes en concreto sea especialmente húmedo, pero la tendencia general puede ser que el clima sea más seco.

Modelar los cambios que se producirán en las precipitaciones es mucho más difícil que para el caso de las temperaturas, ya que éstas son más estudiadas y se cuenta con más parámetros de análisis.

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