Cambio climático, mito y realidad (2)

México es un país particularmente vulnerable a los impactos de la variabilidad y el cambio climático.

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Las líneas de acción ante el llamado Cambio Climático recaen en dos procesos específicos que los científicos definen como la Adaptación y la Mitigación, procesos esenciales para poder contrarrestar los efectos de este fenómeno, procesos por cierto fácilmente descriptibles pero sumamente difíciles de aplicar. 

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, por sus siglas en inglés), reconoce la necesidad de adaptarse a los impactos previsibles de la variabilidad y el cambio climático. 

La capacidad de adaptación, definida como la habilidad de un sistema para ajustarse al cambio climático (incluida la variabilidad del clima y sus extremos) para moderar daños posibles, aprovecharse de oportunidades o enfrentarse a las consecuencias, será el mejor mecanismo para reducir la vulnerabilidad en nuestro país. 

México es un país particularmente vulnerable a los impactos de la variabilidad y el cambio climático. La adaptación es un elemento imprescindible para ajustarnos ante la variabilidad del clima con el fin de moderar el daño y poder establecer parámetros de ajustes en los procesos de mitigación para no comprometer la vulnerabilidad de nuestros ecosistemas.

La falta de información y estrategias sobre cómo hacer frente a los impactos del cambio climático provocan problemas ambientales, sociales, de salud y económicos, por lo que es necesario encaminar los planes de acción hacia la adaptación, en los cuales se incluya la participación de todos los actores posibles. 

Los esfuerzos por disminuir los impactos que se han presentado en los diferentes ecosistemas y sectores del país relacionados con la variabilidad y el cambio climático son el comienzo para la generación de la capacidad que conlleve la implementación de acciones que disminuyan el riesgo en las zonas más vulnerables. 

Por su parte, la mitigación debe estar enfocada a las fuentes y a mejorar la captura  de los llamados gases de efecto invernadero (GEI). Esta fase conlleva opciones físicas, químicas y biológicas, así como de geoingeniería, que permitan hacer frente a las manifestaciones climáticas que ya podemos constatar y que en la medida que avanzan van siendo estudiadas, esto por su alta incidencia en tiempos recientes.

La mayoría de los resultados de los modelos indican que con las opciones tecnológicas conocidas hasta hoy se puede lograr una amplia estabilización de CO2 en la atmósfera, en los próximos 100 años o más, pero para aplicarlas serían indispensables cambios socioeconómicos, institucionales y culturales que nos permitan cuidar con más detalle nuestra gran casa, el planeta. 

La mitigación del cambio climático puede resultar afectada por políticas y tendencias socioeconómicas, como las relativas al desarrollo, la sostenibilidad y equidad, y repercutir en ellas y eso ocasionaría que nuestra forma de afrontar al Cambio Climático se nos complique cada vez más. Los bosques, las tierras agrícolas y otros ecosistemas  ofrecen considerables posibilidades de mitigación de carbono. 

Aunque no permanentes. Con la conservación y la captura de carbono se puede disponer de más tiempo para desarrollar y aplicar otras opciones de  sustentabilidad ambiental.

Las acciones coordinadas pueden ayudar a reducir los costos de mitigación, abordar preocupaciones de competitividad, conflictos potenciales con reglas sobre el comercio internacional y fugas de carbono. 

Las políticas actuales de mitigación del clima y el cambio climático pueden fomentar el desarrollo sostenible cuando correspondan a objetivos generales planteados por parte de la sociedad. 

Las respuestas nacionales al cambio climático pueden ser más eficaces si se aplican como una serie de instrumentos de política para limitar o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), considerado como el factor principal del Cambio Climático. El reducir la emisión de gases ayuda a que la capa de ozono mantenga su distancia formal con la cobertura vegetal y evitaría el efecto invernadero.

Los estudios contemplan algunos sectores en los que se pueden realizar acciones de mitigación: edificios residenciales y comerciales, el transporte, la industria, el sector agropecuario, el energético, el manejo adecuado de los residuos domiciliarios e industriales. 

Las acciones seguras para la mitigación del Cambio Climático se deben tomar en cuenta al diseñar, al comprar, incluso al usar los espacios a transformar y facilitar los procesos tanto de mitigación como de adaptación a esta serie de fenómenos. “Recordemos que la tierra no le pertenece al hombre, es el hombre quién pertenece a la tierra”.

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