A partir del próximo ciclo escolar se requiere el bachillerato como grado mínimo de estudios para cursar alguna de las seis carreras que se imparten en la Heroica Escuela Naval, un plantel de gran prestigio en México y el mundo.

Esa medida ya fue aplicada en los años ochenta, pero poco después el requisito regresó al nivel de secundaria. Se argumentó que era más fácil moldear en la doctrina naval y las tradiciones marineras a jóvenes en esta edad escolar.

La educación naval siempre ha sido dinámica, adaptándose a las circunstancias del país y a las necesidades de la Marina de guerra mexicana, tanto en la creación de nuevas carreras (Logística Naval, por ejemplo), como en sus planes y programas de estudio.

Mención aparte merece el hecho de que el plantel ubicado en Antón Lizardo, Veracruz, haya abierto sus aulas a mujeres y, más aún, que cursen carreras que les permitan en un futuro cercano ser comandantes de buques y unidades de la Armada. El Ejército ya tiene egresadas del Colegio del Aire.

En este contexto, destaca el que algunos comandantes de sectores navales son de Infantería de Marina, lo que supone la reivindicación a este cuerpo que en un tiempo fue relegado por el Cuerpo General; tanto, que incluso desapareció un tiempo la carrera de la Escuela Naval, como en su momento se hizo con los Ingenieros Mecánicos Navales.

Pero si bien la preparación de sus cuadros es una prioridad para la Semar, las costas del país no crecen ni los buques aumentan en número como se quisiera, lo que propicia que se “encarezcan” los cargos, y con ello surge la pregunta ¿dónde ubicar a tantos oficiales técnicos?

Por citar un ejemplo, en los años 70 el comandante de un buque tipo guardacostas tenía el grado de Teniente de Navío o Capitán de Corbeta; hoy, es de Capitán de Fragata o de Navío.

Y en esta fugaz travesía por la educación naval recordamos la Escuela de Grumetes, cantera de marineros y maquinistas para los buques de la Armada… pero esa singladura será motivo de otro Acaecimiento.