Cantinflas was here

La película, representará a México para una nominación al Oscar a la mejor película extranjera, lides en la que estuvo antes don Mario con La Vuelta al Mundo en 80 días, que se nominó para ocho categorías y ganó cinco.

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Con nota admirativa para los chapingueros

Cantinflas, dirigida por el mexicano Sebastián del Amo y protagonizada por el español Óscar Jaenada, recrea los grandes momentos de la vida de este símbolo nacional.

La también  ibérica Diana Lein, que interpreta a Vitola, comenta que creció yendo los domingos al cine en una España que exhibía las películas de Cantinflas con la misma frecuencia que en México.

Así que por esta universalidad del legendario Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes, no se vale el sesgo chovinista. Chaplin quiso alguna vez filmar con él y lo declaró el mejor cómico del mundo. 

Ya se anunció que Cantinflas, la película, representará a México para una nominación al Oscar a la mejor película extranjera, lides en la que estuvo antes don Mario con La Vuelta al Mundo en 80 días, que se nominó para ocho categorías y ganó cinco, además de tres Globos de Oro, el de Mejor Actor de Comedia o Musical para Cantinflas-Passepartout.

Con la trama de la filmación de La Vuelta al Mundo inicia Cantinflas, la película, que ha generado controversia, pero que no es una biografía, sino precisamente lo que aquí y allá dicen los críticos: un recorrido y una reconstrucción anecdótica del mito.

Cantinflas fue soldado raso a  los 16 años, mintiendo sobre su edad y diciendo ser mecanógrafo; después fue boxeador y un poco de todo. Se inscribió para estudiar Agronomía en Chapingo y también Medicina, que abandonó por el mundo de las carpas.

Podemos imaginar que esa temprana vivencia como multiusos y sus faenas vocacionales cristalizaron después en su único personaje, Cantinflas, y una variedad histriónica en la que hizo de todo: policía, político, embajador, bombero, entre muchos, pero casi siempre torero, satirizando con su verba aparentemente incomprensible el bar bar de leguleyos de antaño y hogaño.

Aunque es difícil de verificar su incursión en el rico y colorido mundo de los chapingueros agro maestres (término marítimo que me permito trasladar a tierra), fue confirmada por el gran mimo en una entrevista de 1985 con el periodista Jorge Pulido: “Me inscribí en la carrera de ingeniero agrónomo. Fueron muy pocos los meses que estudié en la universidad de Chapingo. Lo hice un tanto a fuerzas, para darle gusto a mi padre. Mi verdadera vocación eran las carpas…”.

Sé de más de un agrónomo que hubiera desertado también de la meca de la agricultura nacional para seguir su vena artística, de no ser, acaso, por algo de precaución.

De los aventurados baste mencionar a Álvaro Carrillo y en el olimpo de los bardos al inolvidable Juan Duch Gary, que sí se volvió agro maestre.

Tal vez el fugaz paso de Cantinflas por la Atenas de Texcoco no dé para que los chapingueros lo instalen en la Calzada de los Ilustres, parnaso de la Universidad, pero sí para que algún audaz escoja un árbol centenario para grabar con estilo de lumpen moderno: ”Cantinflas was here”, homenaje que nuestro gran mimo no despreciaría y que tal vez le haría decir: “Ahí está el detalle”.

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