Capella en territorio de Sicilia

La apuesta de Graco por Capella en Morelos puede ser lo más interesante para observar este año.

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En los últimos meses al ex secretario de Seguridad Pública de Tijuana Alberto Capella le gustaba presumir una cifra.

No era la de homicidios ni la de secuestros, que no estaban nada mal: entre diciembre de 2010 y agosto de 2013 en Tijuana se redujo 23 por ciento la incidencia de delitos del fuero común. En homicidios se tuvo una reducción de 40 por ciento al pasar de 2 mil 74 a mil 244. Y al final de su gestión hubo la tercera parte de los secuestros.

Le gustaba presumir el número de ciudadanos de Tijuana que estaban bajo proceso por haber intentado sobornar a un policía. Más de quinientos bajacalifornianos habían ofrecido una lanita al policía y el uniformado los había arrestado y puesto a disposición.

Capella creía que eso demostraba que poco a poco se había comenzado a crear un ánimo diferente, un espacio de dignidad. Años antes Capella —quien llegó al puesto desde el activismo ciudadano y la protesta callejera— había creado algún escándalo por haber corrido a todos los policías que no aprobaron el control de confianza. Capacitación, dignificación, exigencia y construcción de espíritu de cuerpo son los ingredientes necesarios, según el abogado Capella.

Capella también ha apostado a la desmilitarización de la seguridad pública, esquema preferido por muchos estados y municipios a partir de la desesperación que se ha vivido en los últimos años.

Graco Ramírez, quien gobierna uno de los estados más conflictivos: líder en secuestros, muy competitivo en homicidios y robo, ha apostado por importar al norteño Capella para dirigir la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos. 

Capella tenía otras opciones más cómodas, pero decidió venir a lidiar con una realidad delincuencial bastante fea. Y con una ciudadanía activa, exigente en pie de lucha, inspirada por Javier Sicilia. 

No hay receta mágica ni superhombres: en el caso de Tijuana hubo método y trabajo.

La apuesta de Graco por Capella, quien tendrá que aprender a lidiar con policías municipales mal preparadas y con un cuerpo estatal de dudosa capacidad, puede ser lo más interesante para observar este año.

Suerte a ambos, por el bien de los morelenses que ya merecen alguna buena noticia. 

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