Cartas oníricas
Carlos Cabarrús nos invita a leer e interpretar el simbolismo de los sueños de los que noche a noche somos autores.
Un sueño no entendido es como una carta no abierta”, sentencia una de las frases recogidas en el Talmud, uno de los libros fundamentales de la cultura judía.
Frase que constituye el segundo epígrafe del libro que voy leyendo, cuya primera referencia libresca nos conduce a Lucrecio, poeta y filósofo romano, quien nos ubica el mundo de los deseos y el de las acciones cotidianas con los sueños que tenemos todos los seres humanos, los recordemos o no al momento de despertar.
El epígrafe tercero: versos de Antonio Machado, que nos hablan del sueño a través del cual se habla, se oye, y se sueña.
Carlos Cabarrús, antropólogo y jesuita, combina la psicología y la teología, la sociología y la educación, para emprender una investigación a través de la cual lee a una veintena de autores, y desarrolla un ejercicio académico junto a otros tantos colegas universitarios.
En sus obras, nos invita a leer e interpretar el simbolismo de los sueños de los que noche a noche somos autores, para convertirnos en traductores de nosotros mismos, y ampliar la faceta comunicativa que nos distingue como especie humana.
Octavio Paz menciona que somos la frase que unos labios pronuncian, reflexión que me ha cautivado desde hace mucho, y a la que ahora sumo este nuevo pensamiento acerca de nuestros sueños-cartas: quién es el destinatario o el remitente de nuestras cartas oníricas, de quién son los labios que nos pronuncian, por qué y para qué lo hacen.
La escritura nos señala una y otra vez nuestro papel como autores y lectores de nuestro mundo, como intérpretes y traductores de todo aquello que nos rodea…incluidos nuestros sueños.