Sólo de pensarlo siento escalofríos y miren que pocas cosas me ponen la piel de gallina, al intentar comprender cómo es que el oso que aseguró la Profepa a un circo carecía del maxilar inferior, que dizque perdió por una infección en un colmillo y terminó en una gangrena.

Vamos a pensar que eso ocurrió, pero ¿los monos araña también tuvieron problemas en sus colmillos?, porque a los tres se los quitaron; ¿y las mutilaciones de las últimas falanges del tigre y el león, justo donde crecen las uñas?

Si bien los animales ya están bajo la responsabilidad de personas que tienen el compromiso de ayudarlos a recuperarse, la situación no termina ahí: ¿qué va a pasar con los responsables, porque hasta donde se sabe otros animales de ese circo están en malas condiciones?

Entiendo que es su forma  ganarse la vida; pero esto no debería significar que los animales, que forman parte de sus espectáculos,  carezcan de mejores condiciones de vida.

Y ya que hablamos de maltrato, no sé pero creo que aún no ha terminado el problema de la mujer de origen chino que trabajaba en un restaurante y era maltratada por su esposo, porque si bien ella ya está de regreso a su nación, ¿qué procede con el agresor? Sí, su cultura es diferente, pero ninguna mujer u hombre debe vivir en situación de violencia.