Se fue el mes de abril y será recordado como un mes muy caluroso. A partir de la segunda quincena arrastró un gran déficit de lluvia y sólo tuvimos un acumulado de lámina de agua de 1.3 mm, muy por debajo del promedio que es de 19.4 mm. Con este mes llevamos 4 con déficit de precipitación o sea que ha llovido, en la zona norte de Mérida, menos que el promedio histórico y si a eso le sumamos que en 2015 esta región estuvo por debajo del promedio prácticamente se está viviendo una sequía muy intensa.

Algo que me han preguntado es que si éste ha sido de los años más calurosos. La respuesta es sí, pero a partir del año 2011 que fue un año en el que los días con temperaturas altas fueron muchos, lo cual aún no ocurre este año, pero en 2010 cayeron lluvias por encima del promedio y el monte estaba verde. Este 2016 la sensación de calor es extremadamente alta.

La explicación está en que desde 2015 gran parte de las zonas centro, occidente, noroeste y norte de la Península de Yucatán está sufriendo una de las peores sequías que se recuerde y ha seguido durante 2016, con acumulados de lluvia por debajo de los promedios. Esa es la razón de que se sienta tan seco el ambiente; ni las noches refrescan, salvo en algunas zonas cercanas a la costa, donde llega la brisa vespertina. Mérida, aunque no alcanza la temperatura máxima histórica, ya lleva varios días con temperaturas superiores o iguales a 38°C y el puerto de Progreso hace algunos días alcanzó, de acuerdo con datos de la Conagua, su temperatura más alta de la historia. Veremos qué sucede en mayo.