Celebración de las artes
Una espectacular ceremonia inauguró el Otoño Cultural 2015 –el pasado viernes 18, en el teatro Peón Contreras- con la Orquesta Típica Yukalpetén.
En medio de males y pesares que aquejan a México, a veces la bruma nubla la vista y no nos deja ver cosas, sucesos y personas buenas y, algunas, magníficas, que pueblan la faz de esta tierra que alguna vez fue del faisán y del venado, pero que aún hoy sigue bañada de magia, misterio, maravillas y arte.
En Yucatán somos inmensamente ricos, y nuestra riqueza es la que no es corruptible por el tiempo y el uso. Con ese poso de magia degustándolo en el alma salí luego de presenciar la espectacular ceremonia que inauguró el Otoño Cultural 2015 –el viernes 18, en el teatro Peón Contreras-, y con la esperanza de que en los días venideros pueda estar presente en otras veladas donde el arte sea generoso dador de emoción estética.
En el máximo recinto cultural yucateco, hubo dos triunfadores: la Orquesta Típica Yukalpetén, que sonó diferente, pero, como siempre, majestuosa, y el maestro Pedro Carlos Herrera, a cuyo genio va asida de la mano su modestia, pues, no obstante ser protagonista principal, ni siquiera subió al escenario a recibir los aplausos con que el abarrotado teatro premió lo acontecido sobre las tablas, pero sobre todo en el foso, donde estuvo la OTY. Los grandes brillan aunque no quieran, y el maestro Pedro brilló esa noche, tanto que el mismo gobernador, Rolando Zapata Bello, se levantó de su asiento para estrecharle la mano, cuando, para agradecer la ovación, tímido, el genio yucateco asomó la cabeza desde el agujero del cual surgía a raudales la música, su música.
Ya estoy disfrutando desde ahora la presentación del miércoles 23, en el mismo recinto, de la Típica, donde nos va a ofrecer piezas emblemáticas de la canción mexicana con arreglos del señor director Herrera López y en las voces de sus solistas, Maricarmen Pérez, Jesús Armando y el orgullo de mi nepotismo, Emma Alcocer, que, perdonen la inmodestia, tiene lo suyo y esa noche va a lucir su belleza enmarcada en soberbia creación de Esencia maya.
Vamos todos a la fiesta de las artes, que dura hasta el 11 de octubre.
Vale la pena y es gratis.