El cenote Tikin Ja’
En este lugar vivía una bruja que se asumía como dueña del sitio. Se llamaba Xpakakok y era muy mala. Negaba el agua a toda persona que se acercara a tomarla.
Luis Rosado Vega describió, en uno de sus relatos míticos, un cenote seco ubicado en el sur-oriente (sic) de Yucatán. Allí mismo vivía una bruja que se asumía como dueña del sitio. Se llamaba Xpakakok y era muy mala. Negaba el agua a toda persona que se acercara a tomarla.
Un día impidió a un milpero tomar del líquido. El campesino se alejó. Después le hizo un ritual al Dios de la Lluvia y cayó el agua. Chaak tomó nota.
En otra ocasión llegó al cenote una bella muchacha. Hizo la misma petición que el milpero. La bruja le contestó irritada: “El cenote está seco para ti”. No sirvió de nada insistir. La moza le dijo entonces: “Seca está tu alma y seca está tu vida”.
La bruja presintió que aquella persona era sobrenatural. Cuando se acercó al recipiente de las aguas lo encontró ya seco. Miró un poco más y vio muertas a las feroces bestias que la acompañaban. La Xpakakok cayó en mortal abatimiento. Ella misma se fue secando y murió.
Aquella hermosa doncella era la hija del poderoso Chaak, quien la había enviado para castigar a la maligna mujer.
Desde entonces, el agua surge intermitentemente y no como manantial permanente. Sólo brota un poco como para llenar una jícara y que la persona apague su sed. El cenote sigue seco.