En los próximos días se emitirá la convocatoria respectiva por parte de la Comisión Electoral después que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) la apruebe y se fijen las fechas de registro de los aspirantes así como el resto de los requisitos, también la fecha de la Convención de Delegados para elegir a la dirigencia estatal, pero en caso de haber solamente una fórmula de unidad, no sería necesario y solamente recibiría en días posteriores su constancia y, después rendiría protesta al cargo.

Ya corren los rumores en los corrillos políticos nombres para el cambio en el timón estatal del Partido Revolucionario Institucional, PRI. El actual presidente del CDE, Pedro Flota Alcocer, no parece inmutarse en lo más mínimo, aun cuando su par tricolor, Andrés Ruiz Morcillo, tiene anhelo para ser el relevo. 

La interpretación todavía no tiene ni ton ni son para que el sol los alumbre, salvo lo que indique el altar mayor con la prístina señal de quién será el elegido por el Consejo Político Estatal.

Y es ahí donde late el corazón tricolor de quienes andan muy inquietos entre los priistas del Estado.

Todo parece indicar que la decisión se tomará y tornará al estilo actual, bajo la unidad y la disciplina institucional en el PRI. Someter a votación de las bases la designación del futuro presidente estatal del Revolucionario Institucional en condiciones de división y enfrentamiento interno en el partido, es tentar mucho para enfrentar problemas providenciales.

Los grupos priistas están encabezados por senadores, diputados federales y locales, presidentes municipales y dirigentes de sectores, quienes no podrían causar mayores problemas al interior del PRI, si la designación de la fórmula para ocupar la próxima dirigencia estatal sea por la unidad.

La fórmula de presidente y secretario para presidir la cúpula estatal priista se decidirá según método que mejor garantice los intereses del partido tricolor, primero se convocará a la reunión del Consejo Político Estatal, para que sea ese órgano partidista quien a través de sus delegados designen a los mejores elementos que garantice la unidad en el partido tricolor.

Y al parecer, según la interpretación de las opiniones de los nombres que están pululando para el cambio de la estafeta tricolor, están favoreciendo al actual dirigente del PRI, pero ahora de manera formal y no cubriendo con el interinato que actualmente ostenta Pedro Flota Alcocer, un priísta que tiene relación con todos los sectores, aunque cuando su nombre empezó a sonar como el elegido para continuar al mando del timón tricolor, los que buscan esa misma posición han iniciado una guerra mediática en su contra, pero carecen de elementos para descalificarlo.

Desalojan a quintanarroenses de sus viviendas

Pareciera aducir que el odio, el resentimiento y los complejos de los campechanos que se han obsesionado por poseer el terreno quintanarroense desde la oportunidad en aquel 1 de diciembre de 1996, cuando Campeche se  pasó de la raya limítrofe instalando en su feudal el municipio de Calakmul, despojando a Quintana Roo de unas 4 mil 800 hectáreas.

Para crear un respeto al radicalismo campechano, con el pretexto de sancionar la devastación de 15 hectáreas protegidas en donde el pasado miércoles el Grupo de Coordinación Interinstitucional de Seguridad de Campeche, desalojó a 40 familias de la localidad de San Isidro Aguas Amargas, perteneciente a la alcaldía de Cerro de las Flores.

Es indignante el operativo que realizaron las corporaciones del estado de Campeche en la zona en conflicto con Quintana Roo, consideraron pobladores quintanarroenses de la comunidad cercana de José María Morelos y Pavón, mejor conocida como El Cibalito.

Se rompió la intolerancia por el radicalismo, al hacer uso de la intransigencia. Por el ensañamiento contra los pobladores y sus viviendas, que no tienen culpa de los eventos del pasado.