El Chapo no es un héroe

Si Guzmán Loera pudo evadirse de la forma en que lo hizo fue porque la corrupción se lo permitió, porque tuvo cómplices adentro y afuera para poder realizar su escape.

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La fuga de El Chapo Guzmán del penal de “alta seguridad” en Almoloya desnuda muchos problemas y pone en su justa dimensión la estatura moral de funcionarios –altos, medios y bajos- involucrados de una u otra forma en ese episodio ignominioso. Algunas declaraciones y decisiones los pintan de cuerpo entero, de modo que no necesitan ayuda para acercarse peligrosamente al ridículo o francamente caer en él con explicaciones jaladas de los pelos.

Lo que nos queda como país de instituciones que nos preciamos de ser -aunque haya muchos motivos para dudarlo- es hacer un control de daños, exigir castigo a los culpables –que los hay en todas las esferas del poder- y ejercer nuestra ciudadanía crítica e informada (aunque  haya quien diga que eso de poco sirve) para señalar a quienes por acción u omisión propiciaron la fuga de un hombre que ha puesto a México como el  hazmerreír del mundo.

Ya de por sí somos motivo de burla y escarnio –y de preocupación, porque México es un país muy importante en las esferas internacionales- como para que también aquí  adentro nos saquemos sangre con saña.

Las autoridades, en vez de estar tratando de justificar o explicar lo injustificable e inexplicable, tendrían que ser las primeras en lanzar un mea culpa contrito y humilde y aceptar que todo lo ocurrido tiene una fuente: la corrupción. Si Guzmán Loera pudo evadirse de la forma en que lo hizo –y que está de más insistir en los detalles, aunque por lo visto en la televisión una fuga por los conductos normales parece muy difícil-, fue porque la corrupción se lo permitió, porque tuvo cómplices adentro y afuera para poder realizar con precisión milimétrica su escape.

Mucho ojo: El Chapo  no es un héroe, sino un villano sanguinario y cruel que ha ejecutado a miles y envenenado a millones con la droga que trafica. Es un enemigo de todos y cada uno de los mexicanos porque su actividad corroe los cimientos del país que muchos millones nos esforzamos cada día por construir con trabajo honrado. Es una lacra social, no se nos olvide.

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