"Choque de trenes" financiero en Davos

La primera conclusión a la que se llega al escuchar a los financieros más poderosos del planeta espetarse entre ellos mismos que están haciendo las cosas mal.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Davos. La primera conclusión a la que se llega al escuchar a los financieros más poderosos del planeta espetarse entre ellos mismos que están haciendo las cosas mal, es que la herida de la crisis global de 2008 sigue abierta. Y que les duele mucho.

Porque ayer bastaron unos minutos después de las nueve de la mañana para —además de ver llegar a Ernesto Zedillo derrapando— atestiguar cómo el chairman de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, salía al paso de las conjeturas de Paul Singer —el dueño de un fondo de inversiones gigantesco llamado Elliott Management—, quien afirmaba que todo el desastre financiero se deriva de la enferma simbiosis entre la banca clásica y la banca de derivados.

Pero Dimon reviró diciendo que todos los productos financieros se siguen necesitando: hipotecas, derivados, emisiones… incluso retó a la audiencia para saber qué haríamos quienes estábamos ahí si fuéramos miembros del consejo de administración y quisiéramos que nuestro banco fuera rentable. ¿Le diríamos que dejara de hacer negocios con España o Italia?

Esto es Davos y el Foro Económico Mundial. Una discusión como la que atestigüé ayer no se ve en México, donde cuidamos las formas, aunque el fondo pueda apestar y permanecer asqueroso. Pero en el mundo desarrollado, cuando la cosa estalla… estalla, y uno puede ver en vivo al chairman del banco UBS, Axel Weber, disculparse por enésima vez por el escándalo de la manipulación de la tasa Libor el año pasado.

Pero la gran interrogante en el mundo es si debe haber mayor regulación para meter controles al sector financiero o no. Y nuevamente a la audiencia se le pidió la opinión (entre los asistentes estaba Alejandro Valenzuela, de Banorte). Solo una minoría respondió que quería más regulación.

Luego vino la sabiduría de Tidjane Thiam, de Prudential, que hizo alegoría de un estómago al que dejas de alimentar porque el paciente enfermó. Si te quedas eternamente con esa dieta, llegará el adelgazamiento y la desnutrición, y eventualmente el cuerpo morirá. Y así está la economía: se le siguen poniendo trabas y regulaciones al sistema financiero sin que la economía global mejore. Pero no mejorará si no se le permite a los bancos trabajar a plenitud.

Lo más leído

skeleton





skeleton