Cinépolis atrae a los chicos para crecer a lo grande

Mañana la cadena Cinépolis inaugura en el Centro Comercial Santa Fe su primera Sala Junior, una plaza de juegos con resbaladillas, alberca de cojines, juegos y butacas que permiten ver la película en cualquier posición.

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Los niños a partir de 3 años influyen muchísimo en la decisión del entretenimiento de toda la familia”, comentaba Luis Villavicencio, director de Cinépolis, cuando le pregunté por qué decidieron lanzar una nueva sala de cine pensada para los chicos.

Mañana la cadena inaugura en el Centro Comercial Santa Fe su primera Sala Junior, una plaza de juegos con resbaladillas, alberca de cojines, juegos y butacas que permiten ver la película en cualquier posición. 

Si aumenta el número de clientes infantiles, aumenta el número de clientes mayores. Así lo entienden muchas de las grandes cadenas de hoteles de lujo que han crecido en el último tiempo el número de experiencias que ofrecen para niños. De hecho, esta sala infantil fue inspiración que la gente de Cinépolis recogió de diferentes resorts en el mundo. 

Y parece que esta fórmula de piensa en pequeños y atrae a los grandes justifica el costo que demanda una sala de cine tan sui géneris. “Mientras una sala estándar tiene una inversión de 500 mil dólares, las Junior sube hasta 800 mil”, contaba Villavicencio.

El retorno de la inversión vendrá con el aumento en el número de asistentes infantiles y adultos (los chicos no pueden entrar solos a esta sala). 

De los 160 millones de boletos que vende al año Cinépolis en el país, entre 5 y 6% es a niños. “La idea es aumentar este volumen y crecerlo a 8%”, estiman en la cadena. Es decir pasar de 8 a casi 13 millones de niños entre sus clientes. 

El plan de negocios de este nuevo nicho es el de sumar en este año cerca de 15 Salas Junior en el país y luego, si resulta el éxito que esperan, exportar en 6 a 12 meses el concepto a Brasil, Colombia, Costa Rica y Guatemala. 
“Queremos vender una experiencia integral y divertida, que sirva para los niños y los padres; que ir al cine deje de ser una acción pasiva, sino una actividad para participar en familia”, explica Villavicencio. 

Cada función en estas salas (para cerca de 100 personas) permite jugar antes, durante y después de la función, lo que extiende el tiempo de estancia a más de 2 horas (recreo incluido en la dulcería, otra fuente de ingresos del cine). 

¿Qué otros negocios podrían aprovechar esta tendencia de “niños empujando el consumo de toda la familia”? Las de servicios, casi todas. 

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