Predialmente hablando

Los políticos deben entender que la mejor manera de garantizar el pago de impuestos es que cumplan con atender las demandas de la sociedad.

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El pasado 16 de noviembre la Cámara Nacional de Comercio, Servicio y Turismo (Canaco Servytur) comentó que, según informes de comerciantes, las ventas del Buen Fin tuvieron un incremento del 10 % respecto al año pasado, llegando a más de seis mil seiscientos millones de pesos. A este feliz resultado habrá que sumar la derrama económica en la Feria de Xmatkuil.

Ese mismo día, el Ayuntamiento de Mérida insertó en un periódico local un anuncio donde informa: “Se une a el fin de semana más barato de México”, ofreciendo 60% de descuento en multas y recargos de impuesto predial, derecho de piso en mercados y puestos fijos y semifijos.  

Francamente causa asombro que los regidores del Cabildo de Mérida autoricen este descuento a medio noviembre, pretendiendo recaudar lo que no han logrado desde enero. Siempre será políticamente adecuado considerar al deudor, pero da qué pensar  cuando los representantes de la Comuna salen a limosnear −lo que sea su voluntad, señito− justamente en los cuatros días donde los meridanos dan rienda suelta a la cartera.

De regreso al hogar esquivando baches impunes, dan ganas de averiguar, predio por predio, si han efectuado todos su cívica contribución. Y, si el caso lo ameritara, hacer del conocimiento del olvidadizo el descuentón municipal, antes de que vaya al súper por la pantalla de 35 pulgadas.

Porque al observar el evidente deterioro del pavimento, podemos suponer −como exhiben las autoridades− que hay personas que adeudan el pago de su compromiso.  Pero nadie desea  enemistarse con los vecinos,  alardeando y presumiendo tácitamente buena salud financiera.

Es loable la cortesía de Ayuntatel y la pronta reparación de oquedades. Lo inexplicable es que reparen al azar algunos huecos, dejando otros sin atender en la misma cuadra.

¿Pagar o no pagar a tiempo? ¿Lavadora o predial? ¿Colchón o semifijo? Ahí está el asunto. Debemos preocuparnos cuando los regidores de los diferentes partidos se hacen notar incumpliendo  su responsabilidad saliendo a pedir limosna.

Viendo las autosuficientes y sonrientes caras de los aspirantes a la alcaldía de Mérida al momento de recibir su cheque de precampaña, es de justicia que hagan conciencia de que no contarán con nuestros recursos a menos que satisfagan las necesidades, en tiempo y forma, de los ciudadanos.

¡Vaya biem!

 

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