Como en casa
A través de su poesía viajo por 14 países: Chile, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, entre otros...
En el autobús nadie habla, sólo se escucha la televisión encendida que pocos miran. Tras la ventana sobrevive la selva que custodia la larga herida asfáltica que le hemos ocasionado para facilitar nuestra movilidad, la velocidad nos recuerda que el tiempo se agota aun bajo el cielo infinito.
Cada quien sentado en su asiento, ocupando como pueden su propio destino: unos durmiendo para recuperar la energía invertida en las vacaciones o en el trabajo, otros despiertos, recordando o planeando. Algunos más van leyendo en pantallas o en papel, el lenguaje se vuelve cobija que nos arropa como hogar itinerante.
A través de su poesía viajo por 14 países: Chile, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, entre otros. Recorro voces diversas como la de Jaime Sabines, Oliverio Girondo, Alvaro Mutis, José Lezama Lima.
24 poetas latinoamericanos es el título de la obra, coedición de Cidcli y SEP, promovida y auspiciada por Cerlac y Unescvo, de distribución gratuita, forma parte de la colección espejo de urania y del acervo del Programa Nacional de Lectura.
La selección de textos y el prólogo son de Francisco Serrano, quien define la poesía como:
“El arte de cargar de significado a las palabras”. Donde “el lenguaje se emplea de una manera distinta de la que utilizamos usualmente, [...] la tensión, la belleza, la intensidad de las palabras estimulan en nosotros la percepción de aspectos de la realidad de los que no éramos plenamente conscientes”.
Siguiendo esa misma reflexión te dejo unos versos del poema “Cambios de nombre” de Nicanor Parra:
Todo poeta que se estime a sí mismo/ Debe tener su propio diccionario/ Y antes que se me olvide/ Al propio dios hay que cambiarle nombre/ Que cada cual lo llame como quiera: / Ese es un problema personal.
Poetas o no poetas, habrá que hacer una revisión a nuestro diccionario, pues en él vamos definiendo lo que somos.