¿Cómo explicar la violencia?

El viernes de la semana pasada, como globalmente se ha informado, sucedieron hechos lamentables en una de las ciudades ícono del mundo...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El viernes de la semana pasada, como globalmente se ha informado, sucedieron hechos lamentables en una de las ciudades ícono del mundo, París, la ciudad luz; una de las urbes más importantes para el mundo occidental y entre las primeras tres más visitadas por turistas internacionales.

Dando seguimiento y trabajando en la cobertura de Foro Tv, en la Ciudad de México, vinieron a mi mente varias preguntas, mismas que por diferentes redes sociales, también se plantearon millones de personas; entre ellas, las de si sólo por haber sido en Francia el atentado, ¿era más importante que otras atrocidades cometidas en otras regiones del planeta?, o bien, si poner filtro en el perfil de Facebook con la bandera francesa, ¿era suficiente para mostrar nuestro sentir con respecto al tema?

Habrá respuestas diferentes a estos planteamientos, desde calificar de hipócritas a quienes se conmueven por lo que sucedió a miles de kilómetros de distancia, y no hacer nada por lo que sucede en nuestro país, hasta quienes coinciden con que es igualmente reprobable lo que hace la política internacional y los ataques, en regiones estratégicas para los intereses económicos de los países más poderosos, donde igualmente mueren civiles.

En lo particular, recordé a muy buenos amigos franco-mexicanos que conocí en mis años de residencia en Cancún, con hijos ahora adolescentes, y que actualmente viven en París; lejos de envolverme en el pensamiento de lo que sí, y lo que no se debe poner en redes sociales, hice la reflexión y pregunta de ¿cómo explicarle a un menor, lo sucedido en su entorno, tras un acto de violencia? Creo que la pregunta es básica y aplicable también a nuestra realidad, ya que también nuestra sociedad durante muchos años, se ha visto inmersa en un ambiente de violencia y en ocasiones de terror, difundido extensivamente a través de los diferentes medios que tenemos a nuestro alcance.

El planteamiento lo trasladé a algunos especialistas en psicología y en educación, quienes en primera instancia me contestaron que a los pequeños o adolescentes, hay que darles voz, escuchar sus inquietudes sobre el tema, sin forzarlo, sólo si sale de ellos abordarlo y no dar más información de la que ellos demanden; esto permite que ante un trauma, trátese de lo que sea, se comience por restaurar el sentido de seguridad, suprimir el sentido de vulnerabilidad que ocurre después de ser víctima o presenciar un acto violento. Como les decía, esto lo podemos trasladar a la propia realidad del país, ya sea en el ámbito público, o al interior de las propias familias, donde se pueden gestar o reproducir sistemáticamente actos de terror o violencia, que afectan la salud emocional de las personas, pero aún más en los menores.

Con esto cierro esta breve reflexión, y destaco la importancia del cuidado de la salud emocional de todos, pero haciendo énfasis en la de los menores, reforzada con educación; enseñarles a construir una realidad positiva de cara al futuro, hará la diferencia. ¡Que la pluma siga girando! 

Lo más leído

skeleton





skeleton