Cómo quitarse una camisa de fuerza sin nadie que se alborote

Virtualmente con un sabadazo, el PRI se sacudió ataduras que lo minaron por años y arrastraron a crisis graves.

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Hay que reconocer el talento desplegado por el presidente del PRI, César Camacho. No era fácil encontrar las llaves, abrir los candados y llevarse las nueces sin hacer ruido.

La Comisión de Dictamen del partido resolvió el viernes en la noche liberar de trabas a los priistas en las candidaturas, la inversión privada en Pemex y el IVA. “Con esto se darán márgenes más amplios de decisión”, dijo un triunfante Camacho. “Los ‘candados’ ya no serán camisas de fuerza”.

Virtualmente con un sabadazo, el PRI se sacudió ataduras que lo minaron por años y arrastraron a crisis graves.

La del IVA, por ejemplo, data de agosto de 2003, cuando Roberto Madrazo era presidente, Elba Esther Gordillo secretaria general y Miguel Ángel Yunes coordinador jurídico. Dijo Yunes en aquella sesión del Consejo Político Nacional: “Es muy claro nuestro rechazo a gravar alimentos y medicinas. Cuando el gobierno (de Vicente Fox) lo proponga, vamos a decirle: ‘No te lo aprobamos’”.

El PRI pararía el IVA, pero se haría pedazos, escindiría y enfilaría a la estrepitosa derrota en las elecciones de 2006.

El presidente Peña Nieto y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, no deben tener en claro los proyectos de reforma de Pemex y el IVA, pero de lo que se trata en este momento es de dotarse del mayor parque para la batalla de septiembre.

Los acuerdos del viernes serán aprobados el domingo por la 21 Asamblea Nacional, al parecer sin mayores sobresaltos. Quizá entonces los opositores se den cuenta de que el PRI peñanietista será indivisible.
Tanto para César Camacho. Y sin que nadie se alborotara.

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