Como reggaetoneros escuchando a Daft Punk

Hay algunos quejumbrosos que quieren que los cambien de domicilio antes de que les caiga otra pipa. ¡Pues quién les manda no vivir en Santa Fe!.

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De la misma manera en que hasta los que solo escuchan reggaetón están degustando el nuevo disco de Daft Punk como si fuera de Wisin y Yandel, todas las fuerzas políticas se reúnen alrededor del Pacto por México con singular alegría. Si no fuera porque en el PRD de Los Chuchos quieren aplicarle la ley fuga a Chayito Robles, ya estaríamos viendo tal unanimidad en la política naconal que cualquiera diría que pasamos del México bronco al México Hello Kitty. 

Esto está tan de mundo de caramelo que el distinguido góber, don Eru Eru Eruviel Ávila, ya declaró que Xalostoc casi vuelve a la normalidad. Oiga usted, que las tragedias en el territorio tricolor ya no son lo que eran. Ahora con un mendrugo de moneda, un racimo de tuits y tres cubetas de pintura todo se arregla. Claro, hay algunos quejumbrosos que quieren que los cambien de domicilio antes de que les caiga otra pipa. ¡Pues quién les manda no vivir en Santa Fe!

Y qué decir del nada grato de Graco Ramírez que, como casi no hay broncas en Morelos, se mandó arreglar su oficina a un costo de 6.6 millones de pesos, para no ser menos Tony Stark. 

Y bueno, ya en el colmo de la maravilla, después de haber atacado los problemas de Chihuahua con ansiedad, angustia y desesperación, el señorito Duarte se fue a Aguascalientes a subirse a los toros con singular alborozo y tiento, como hizo en el caso de los hermanos Páramo. Tanto humanismo es difícil de hallar. 

Quizá comparable con el que manifestó la pasada administración calderónica que invirtiera un promedio de 298 mil pesos en cada testigo protegido, onda Jennifer, que tan útiles resultaron.

Todo indica que el único que está fuera de lugar y no está en el Pacto por México, en un alarde de rebeldía y de obcecación geriátrica, no es quien ustedes piensan, sino el Popo. En vez de templar sus ansias revolucionarias, don Goyo eleva las alarmas de su magma nomás por joder a Peña Nieto, pero en cualquier momento Osorio Chong le va a leer la cartilla como a los encapuchados de Rectoría para que no ande alborotando al gallinero y, de paso, se eduque. 

Nosotros, en tanto, con la idea de que las matazones de estos días son producto de nuestra febril imaginación, nos quedaremos como reggaetoneros bailando las de Daft Punk. 

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