Comunidad sostenible

Creo que en el camino de cualquier ciudad que se encuentre en tránsito hacia la sostenibilidad tiene que haber eficiencia, innovación, éxito...

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Quiero suponer que a una amplia mayoría nos interesaría y estaríamos dispuestos a hacer de Mérida una comunidad sostenible, pero ¿sabremos hacerlo?, ¿conocemos los ingredientes y el modo de integrarlos para alcanzar un resultado exitoso? Si preguntáramos a los ciudadanos qué elementos conforman una comunidad sostenible, entre las respuestas obtendríamos que son necesarios más árboles y áreas verdes, un sistema de drenaje, generación de energía con fuentes renovables, cuidado del agua, y muchas ideas buenas, pero aisladas, desarticuladas y poco integradas.

Creo que en el camino de cualquier ciudad que se encuentre en tránsito hacia la sostenibilidad tiene que haber eficiencia, innovación, éxito y prosperidad económica. Y esa vía debe ser ecológicamente ejemplar y socialmente balanceada. Lejos de significar un obstáculo, la ecología debe propiciar crecimiento económico. 

En una ciudad verde, conducida por una comunidad sostenible, las empresas deberían poder encontrar las condiciones ideales para establecerse, crecer, desarrollarse, fortalecerse y consolidarse.

Una comunidad académica y científica de la más alta calidad es indispensable en una sociedad que aspira a alcanzar elevados niveles de sostenibilidad. 

Las universidades y centros de investigación locales tendrían que proveer a las compañías de base tecnológica y del conocimiento que se establezcan en la región con capital humano de excelencia, con mentes talentosas, que ocupen los atractivos puestos de trabajo que ahí se necesitarán. Generar experiencia y aprendizaje constante.

La protección del medio ambiente tiene que estar presente en campañas y programas de financiamiento dirigidas a los sectores residencial, comercial e industrial, y jugar un papel protagónico en el desarrollo de los complejos habitacionales. 

Tiene que adoptarse un concepto de suministro de energía centrado en el futuro y basado en los tres grandes pilares: ahorro de energía, eficiencia energética y generación con fuentes renovables. Hay que establecer metas y caminar los pasos necesarios para verlas cumplidas. Objetivos específicos de reducción de emisiones de CO2 tendrían que ser establecidos con plazos alcanzables, y por supuesto que el más ambicioso de ellos será alcanzar el 100%, y con ello convertirse en una comunidad neutral en carbono.

Hay que dar un nivel de importancia alto a la activa y transparente participación e involucramiento de los ciudadanos en los procesos de planeación de la ciudad, especialmente en sugerir y adoptar una directriz de muy largo plazo, que regirá en adelante todo proceso y acción del desarrollo urbano. 

El compromiso ciudadano es la base del futuro desarrollo urbano sostenible de la ciudad, la sostenibilidad tiene que vivirse, tiene que respirarse en el ambiente y tiene que ser apoyada por toda su gente. 

En esto la educación ambiental juega un papel determinante, hay que diseñar programas de enseñanza que permitan que los temas de protección ambiental y conservación de la naturaleza sean fácilmente entendibles por todos.

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