Con el hombre equivocado

El cadáver de María Elena fue encontrado en un pozo seco a la salida de Cancún...

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Un crimen que sacudió a la sociedad yucateca fue el de la señora María Elena Carrillo Sáenz, ocurrido en agosto de 2007 en Cancún, víctima de los sanguinarios “Zetas”, el brazo armado del Cartel del Golfo.

La mujer, de 38 años de edad, fue asesinada junto con otras dos personas. Su entonces pareja, el cubano-estadunidense Luis Lázaro Lara Morejón, quien era traficante de indocumentados de la Bella Isla a Yucatán y Florida, fue hallado muerto una semana antes.

El cadáver de María Elena fue encontrado en un pozo seco a la salida de Cancún. El cuerpo estaba en avanzado estado de putrefacción, junto con los de José Jesús Aguilar Aguilar y el joven yucateco Edwin  Park Gómez (de familia yucateca de origen coreano).

Habían sido “levantados” en Cancún y ejecutados en un sitio desconocido, para luego ser arrojados a esa fosa, la cual taparon con cal para que no se sintiera el olor a podrido.

Estos crímenes estaban ligados con los asesinatos del también cubano Manuel Duarte Díaz, “El Manny”, a las puertas de la SRE, en la colonia García Ginerés, y de otro isleño, Alfredo Barceló Escalona, secuestrado en su casa de Cholul. La Policía Judicial de Yucatán arrestó a Manuel Jesús Chalé Martínez, “El Negro Chalé”, presunto implicado en el asesinato de los dos cubanos en Mérida. Luego de un tiempo tras las rejas, Chalé fue dejado en libertad.

María Elena, cuyo cuerpo presentaba huellas de tortura, recibió tres impactos de bala en la frente y estaba amordazada con cinta industrial y con las manos atadas a la espalda. Era de una familia hotelera y de joyerías había iniciado una relación con el traficante antillano Lara Morejón sin conocer la vida delincuencial que éste llevaba. Luis Lázaro llegó a Mérida un año antes,  proveniente de Miami, y tenía un estilo de vida muy ostentoso. Como quien dice, la yucateca andaba con el hombre equivocado.

Otro sonado crimen de un yucateco fuera del Estado fue el del escritor y publirrelacionista Eduardo Menéndez, en la Ciudad de México, a mediados de los años 90. Menéndez fue hallado muerto dentro de la cajuela de su automóvil luego de ponerse de acuerdo con unas personas que le estaban vendiendo un vehículo y de acudir a la cita llevando el efectivo para la compra del coche. Ese habría sido el motivo de su asesinato.

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