Con rumbo y certidumbre
Muchos protestaron por el viaje del licenciado Peña a China como si este fuera solo un capricho vacacional, cuando en realidad fue a calmar los ímpetus de los industriales chinos a quienes les revocaron la licitación del tren a Querétaro.
Es increíble que el gobierno norteamericano, que desatinadamente dirige Barack Obama, haya enviado un correo a sus ciudadanos en México donde se les sugiere, ante las difíciles problemáticas de seguridad que según los gringos ahí se viven, abstenerse de ir a Veracruz y Guerrero.
Muy mal. Sobre todo porque es de sobra conocido la manera tan puntual con la que se han ido resolviendo las problemáticas de esas entidades: si en Veracruz ya solo roban frutsis y pingüinos, y en Guerrero asegura el gobernador interino que ya pasó lo peor, no hay razón para dar pie a la paranoia.
Pudiera darse en alguna eventualidad cierto tipo de manifestaciones veracruzanas o la que experimentó Alejandro Encinas con un grupo priista; o acciones de los normalistas como la que ocurriera en el aeropuerto de Kafkapulco que, cuando mucho, retrasan un poquito los vuelos, pero así los turistas podrán comprar más recuerdos de La Roqueta.
Digo, cómo estarán de bien las cosas que a pesar de sus actos vandálicos y escandalosos que conmocionaron a la opinión pública cuando se les vio tratar de quemar las puertas de Palacio Nacional (dicen que ante tanto orco, la gente que estaba adentro de pronto se sintió en El Señor de los Anillos), los anarquistas que con capucha y máscara nutrieron las pesadillas de las buenas conciencias, ya fueron puestos en libertad condicional para que no se fueran a traumatizar. Pobrecitos, no les fuera a dar un aire.
Este es el camino correcto. Muchos protestaron por el viaje del licenciado Peña a China como si este fuera solo un capricho vacacional, cuando en realidad fue a calmar los ímpetus de los industriales chinos que estaban peor que El Tuca Ferreti y Tomás Boy porque les revocaron la licitación del tren a Querétaro. Y hasta querían demandar a la patria porque allá en Beijing no saben lo que es la transparencia, ni que en México todo lo chueco se está enderezando. Esperemos que con pasarles la receta de los tacos de mixiote, o los de derechos de La Bestia los chinos se conformen.
Ya con rumbo y certidumbre, quizá sea momento de señalar hacia el verdadero perpetrador del caos y el desorden que, por supuesto no es el Estado: el crimen organizado. Con marchas donde griten consignas del tipo “¡Educación, primero, al hijo del obrero; educación después a los hijos de El Chapo Guzmán!”. O “¡Beltrán Leyva, enemigo, el pueblo no está contigo!”, o “¡¿Y dónde están y dónde están los hijos de La Tuta que nos iban a ganar?!