Conducir racionalmente y conviviendo

Los conductores debemos estar informados de los cambios en el uso de las calles y definir, en tiempo y forma, nuestro acceso a destinos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cuando la autoridad, estatal o municipal, anuncia el cierre de alguna o algunas calles por diferentes razones: obras, eventos, ceremonias, desfiles, etc., está al mismo tiempo exhortando a la población, especialmente a los conductores de vehículos, a buscar rutas alternas. Recuerdo cuando se construía el paso deprimido, quienes usábamos cotidianamente ese espacio vial, esa glorieta entonces cerrada, encontramos rutas alternas, en ocasiones más rápidas y seguras que el uso de la glorieta en cuestión. 

Esto viene a colación por las diarias noticias los días previos al segundo informe de nuestro alcalde, en donde todos los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita, dijeron insistentemente que la instalación del equipamiento para el evento en cuestión, que se realizaría sobre la calle 62, frente a Palacio Municipal, causaría severos embotellamientos y los produjo, pues los conductores quisieron seguir utilizando sus rutas normales, sin pensar en otras alternativas, incluso estacionarse a una o dos cuadras de la Plaza Principal y caminar, o compartir el vehículo, puesto que en la mayoría de los casos los coches particulares sólo llevan al conductor. 

Me viene a la memoria lo hecho por un ingeniero de Boston que trabajaba conmigo en la Ciudad de México, cuando se anunció la intención de establecer el hoy no circula, diseñó un amplio cuestionario que pidió llenáramos todos los que trabajábamos en la empresa y con los resultados diseñó un fantástico programa para compartir los vehículos, reduciendo en un 60% el número de automóviles que había en el estacionamiento en horas de trabajo: cuando se quiere se puede.

Pero el problema, volviendo al caso reciente que vivimos, no fueron sólo los embotellamientos, sino el escándalo de los claxones y la gran cantidad de choques, afortunadamente leves, por alcance, al querer ir más rápido de lo viable en las condiciones de saturación del espacio vial.

Los conductores debemos estar informados de los cambios en el uso de las calles y definir, en tiempo y forma, nuestro acceso a destinos y compromisos que debamos atender en esos días. Quiero insistir en algo que he dicho insistentemente: el espacio vial es un espacio de convivencia, no de competencia.

Lo más leído

skeleton





skeleton