¿Conocen al 'vikingo' de Pemex?

El rey vikingo Fredriksen controla la flota más grande de supertanques del mundo.

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Ahora que está el tema de Oceanografía, conviene conocer a otro empresario naval que quiere hacer negocios con el petróleo mexicano. Es John Fredriksen, dueño de Seadrill Ltd., que hace unos días confirmó una serie de contratos con Pemex por más de mil 800 mdd.

El rey vikingo Fredriksen controla la flota más grande de supertanques del mundo, la firma de perforación en aguas profundas más valiosa y 200 navíos que mueven millones de toneladas de materias primas. Eso se traduce en una fortuna de más de 13.2 mdd. Fredriksen tiene una ética de trabajo que combina el análisis del momento económico con una regla básica: hacer caso al instinto. 
Y le paga: fundó Seadrill en un momento pésimo para los energéticos en 2005, con 200 mdd. Ocho años después, tiene más de 50 plataformas y una capitalización de mercado de 20 mil mdd.

Con 69 años, nació en Oslo; solo estudió secundaria y vive en un palacete del siglo XVIII en Chelsea, Londres. A mediados de los 80 algunas de sus tripulaciones robaron crudo para utilizarlo como combustible en los propios buques. Tras un tiempo en cárcel, vivió en Londres y Chipre, donde se volvió ciudadano por sus ventajas fiscales, un tema que le encanta, pues Seadrill está incorporada en Bermuda, un paraíso fiscal. 

Desde ahí, procura grandes ganancias para sus inversores. Según Clemens Sholl, gestor de hedge funds de Tolbiac Capital, Fredriksen es un exitoso “creador de valor” por los dividendos que paga gracias a su colmillo y a que sus firmas aprovechan esos paraísos fiscales. 

Aunque Fredriksen es más conocido por su negocio de carga, desde hace poco tiempo dos terceras partes de sus activos provienen de perforaciones en aguas profundas, dice Scholl. Justo el negocio con el que entró a Pemex.

Antes de anunciar su entrada a Petróleos Mexicanos, El rey vikingo ya facturaba en México. Según el columnista Antonio Carrera, Seadrill obtenía 465 mil dólares diarios por el arrendamiento de la plataforma West Pegasus, en Matamoros, que Pemex pagaba al operador Sea Dragon de México (el contrato es de 10 mil 330 mdp por 5 años).

“Paradójicamente, la imagen de West Pegasus fue escogida para el timbre postal emitido por el Servicio Postal Mexicano en el contexto del 75 aniversario de la expropiación petrolera”, dice. Fredriksen viene con toda la carga de sus seis plataformas de perforación.

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