“La felicidad está en uno mismo”, “La felicidad es la clave de tu éxito”, “La felicidad está en tus manos”... ¿Cuántas veces al día nos topamos con este tipo de frases “motivacionales”, ya sea en televisión, internet, mensajes publicitarios o cualquier lugar?

No pienso que estas afirmaciones sean del todo erróneas, pero en ocasiones resulta excesiva la forma en la que el mundo moderno intenta suministrar a nuestras mentes tal discurso. La idea de la vida en permanente felicidad vende más que nunca, y con ese motivo sería adecuado reflexionar un poco sobre lo que verdaderamente representa para nosotros la felicidad. 

Nunca nos pondremos de acuerdo y no tiene por qué ser así. Entonces, ¿para qué la sociedad se empeña tanto en vendernos el mismo pensamiento? Cada vez el concepto de felicidad está más asociado a lo simple, individual y fácil. En lo personal, yo no confío en este discurso y mucho menos en las personas que necesitan repetirlo todos los días, como una especie de placebo para sus almas. 

Si la felicidad fuese meramente un acto individual (si realmente está sólo en nuestras manos), entonces en automático perdemos la capacidad de hacer feliz a alguien más. Las relaciones se convierten en caminos vacíos que las personas pueden abandonar fácilmente cuando no les funcionen. 

Para ser felices tendríamos que volvernos indiferentes hacia los sentimientos de otros, y deshacernos de nuestra poca o mucha empatía, que, en ocasiones, es lo único que nos queda como humanos. Ser feliz no es tan fácil como dicen las frases motivacionales y, repito, primero tenemos que preguntarnos qué significa para nosotros la felicidad. Toma tu tiempo para responder.