Las ciudades son espacios de concentración de actividades e interacciones humanas, y se han consolidado como los motores de la economía; en ellas se proporcionan trabajos y servicios, convirtiéndolas en los espacios de la creatividad y la innovación de todas las sociedades; cada día es mayor el porcentaje de personas que habita en las ciudades, por lo que éstas deben contar con una estructura y un modelo de crecimiento que permita ir reduciendo los problemas heredados del pasado, como el desempleo, la segregación y la pobreza.

Cada vez es más evidente que los distintos retos a los que se enfrentan las zonas urbanas, como nuestra Mérida, económicos, medioambientales, climáticos, sociales y demográficos, están interrelacionados, y el éxito del desarrollo urbano sólo puede lograrse a través de un enfoque integral, es decir, un proceso en el que no sólo importe alguno de los temas, sino todos. 

Por lo tanto, la determinación del camino que hay que recorrer para la renovación y mejora continua de las ciudades debe necesariamente sumar al aspecto espacial medidas que promuevan la educación, el desarrollo económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Y esto, como lo demuestra la experiencia de muchas ciudades, requiere el desarrollo de una sólida cooperación entre los ciudadanos, la sociedad civil, las organizaciones económicas y los tres niveles de gobierno, ya que el compromiso y la combinación de las capacidades y el conocimiento local es esencial para identificar soluciones compartidas y lograr resultados sostenibles y debidamente reconocidos.

Y esto viene a colación porque Mérida demanda la construcción entre todos los sectores de la sociedad de un plan integral de desarrollo urbano a largo plazo, sostenible, que permita ir resolviendo los problemas de conectividad, contaminación, salud, segregación, teniendo como uno de los aspectos prioritarios el incorporar ordenadamente el uso de la enorme cantidad de espacios vacíos que hoy padecemos y que representan una fuerte carga económica para todos.

Hay que trabajar todos por una Mérida cada vez mejor, y ese debe ser un compromiso de todos, sociedad y gobierno. Volvamos a la Mérida cercana, cordial, ordenada y equitativa. Está en nuestras manos.