Hoy inicia en Chetumal y Cancún la gira “Vive sin Drogas” con la cual se intentará generar conciencia en las adicciones, sobre todo para alertar a los jóvenes.

En esta gira participarán personalidades y talentos artísticos, quienes a través de dinámicas grupales, proyección de contenido audiovisual y documentales inéditos, buscarán como fin último reducir un índice que en Quintana Roo va en alza pese a los esfuerzos de autoridades y organismos civiles.

Según la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones (ENA-2012), el Estado ha exhibido un incremento de 11.2 por ciento en adicciones, siendo las principales el alcoholismo y el consumo de cocaína y marihuana.

Por ejemplo, por consumo de marihuana, el índice en el país es de 83.2%, y en la entidad de 94.6%. En cocaína, el porcentaje en México es 34.7, y en la entidad es 44.7. En cuanto al “crack”, Quintana Roo registra 27.4% respecto al 19.6% en el ámbito nacional, y en consumo de alucinógenos la entidad tiene 1.8% y el país 9.3%.

Lo más preocupante es que los Centros de Integración Juvenil atiendan casos de adicciones en menores desde los 10 años, pues cada vez se reducen las edades en los índices de consumo aun cuando la edad promedio de mayor ingesta oscila entre los 18 y 34 años.

Durante la presentación de este encuentro en la capital, el diputado federal por Quintana Roo, Raymundo King de la Rosa, destacó las acciones en la lucha contra las adicciones para vincular la salud de la población con el desarrollo económico y social del Estado, que sin embargo no han sido suficientes.

Para avanzar hay que reconocer que deben fortalecerse las políticas de salud. Con esas cifras, las cuales ponen a la entidad en los primeros lugares de adicciones en México, es evidente que hacen falta estrategias integrales en la prevención y los tratamientos, mucho más que giras, conciertos y charlas.

La prevención es la meta fundamental y más deseable para todas las enfermedades y, en el caso de las adicciones, representa un desafío complejo, ya que el índice aumenta.

La adicción puede ser tratada sólo si el paciente lo desea; sin embargo, es necesario que el gobierno ponga al alcance de quien lo necesita las instituciones para mejorar. Quintana Roo requiere ya centros de rehabilitación especializados, pues aunque los CIJ cumplen una labor importante, urge la construcción de nuevas instituciones complementarias para tratar y prevenir la tendencia negativa.

Ese debe ser el segundo paso tras la gira y todas las actividades en torno a ella: el debate serio y profundo sobre más organismos convertidos en centros especializados, no puede esperar en una entidad líder y ejemplo en otras materias.

Lo anterior le corresponde a la autoridad, pero el principal núcleo de la prevención y el cuidado es la familia, y la escuela, su segundo hogar, por la cantidad de tiempo que los jóvenes pasan ahí y la formación que reciben.

Gran parte de la prevención corresponde a los padres. La primera misión es proporcionarles un ambiente de confianza y seguridad en el que se sientan libres de exponer dudas, e incluso, encontrar refugio cuando estén expuestos o hayan consumido.