La opinión sobre Ernesto Cordero como secretario de Hacienda es favorable. Sin embargo, le picó el mosco de la política y fue el primero en desvirtuar su condición para hacer de la dependencia plataforma de su malograda candidatura presidencial. Frente a la reforma financiera sería útil conocer su postura; sin embargo, insiste en la política; no es lo suyo y el desacierto verbal y la falta de cordura le son recurrentes. El PAN y el país requieren que regrese el economista.

El presidente del Senado insiste en atacar al Pacto por México; ahora dice que el acuerdo no es garantía de blindaje electoral y que si se disuelve “nada pasará”, se tendría que hacer política como antes. Es decir, igual que con los presidentes Fox y Calderón, sin reformas, sin acuerdos, el país sin rumbo, el gobierno por un lado y el Congreso por el otro.

Cordero el político señaló que para mejorar la calidad de las elecciones venideras habría que insistir en las propuestas que el entonces presidente Calderón planteó al Congreso: segunda vuelta y reelección legislativa. Al parecer nadie le explicó que las reformas electorales no tienen vigencia respecto a los procesos electorales ya en curso, de allí la pertinencia del acuerdo y, por otra parte, confunde una reforma política con una electoral.

Sí es necesario mejorar el Coneval para asegurar que los programas sociales no sean utilizados electoralmente y sancionar a quienes se hayan apartado de la ley en Veracruz, pero esto necesariamente implica que también se procese a los ex funcionarios panistas como el ex delegado de Sedesol, Miguel Ángel Yunes Márquez, que en dicho estado hicieron lo que ahora el PAN acusa, según se ha acreditado con pruebas semejantes a las difundidas por el dirigente Madero. 

No es aceptable que el acuerdo que logró el presidente del PAN con el gobierno para mantener un código de imparcialidad por todas las autoridades en las elecciones próximas sea subvertido por el coordinador del PAN en el Senado y por ahora presidente de la Cámara alta. Efectivamente, se requiere que regrese Cordero el economista.