Cordero mártir de la democracia, el chiste se cuenta solo

El paso de Ernesto Cordero por la política ha pasado de ser una suerte de sketch de Venga la Alegría a una mala película de zombies, dirigida y escrita por Jelipillo.

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Víctima del alzheimer selectivo, que azota las playas crudas de su memoria, Felipe Calderón quiere reconstruir la historia vía Twitter.

Y aunque es noble su esfuerzo por reivindicar un sexenio que se puede recordar como una mala película de zombis, es complicado que con un tuit (“Vieja regla del PAN: los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los presidentes la preservábamos el partido avanzó notablemente”) se puedan olvidar las luchas fratricidas panistas que han sido como de La risa en vacaciones con el mismo entusiasmo con el que Jelipillo ha insistido que la narcoguerra fue un poema que el poeta nunca escribió.

Además, parece extraño que el expresidente hiciera este comentario a raíz de los enfrentamientos entre Madero y Cordero que terminó con el despido de Mr. Bean de líder blanquiazul en el Senado, por las formas en que el PAN parece haberse puesto al servicio de Peña Nieto, en un acto que ha rebasado por la izquierda a los mismísimos Chuchos perredistas, expertos en tales materias.

Como si no estuviera enterado de las negociaciones que tenían que haberse llevado a cabo al más alto nivel para que un personaje emblemático de su sexenio como Marisela Morales (reina del michoacanazo fallido), fuera protegida por el gobierno priista mandándola de cónsul a Milán.

O la hermana secreta de Lucía Méndez sabe demasiado de los peñistas a tal grado de ganarse el salvoconducto, o entre Jelipillo, el PAN y Enrique Peña Nieto llegaron a acuerdos tremendos en lo oscurito para que la exprocuradora no recibiera un tratamiento como el de La Maestra.

De otra manera, cómo se explica que mientras a Marichela se le trata como si hubiera hecho algún bien contundente e inobjetable a la PGR, a Navalú me lo implican en otro show de corrupción en Pemex. Bueno, tal está el asunto que hasta Robero Deschamps se ha escandalizado...

Pero llama también la atención que haya quien llora por la caída de San Serafín Cordero. O sea, hagan de cuenta que era Churchill redivivo cuando su paso por la política ha sido de sketch de Venga la alegría (los 6 mil pesos que sirven para vivir como pachá, perder la candidatura con Chepina y que Catémoc Blanco le pidiera una hermana).

O sea que Ernesto Cordero es un mártir de la democracia, el chiste se cuenta solo.

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