Crisis económica argentina

La apertura económica del nuevo gobierno y el tipo de cambio promovieron la modernización del país, pero al mismo tiempo generaron el cierre de múltiples industrias.

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Durante el gobierno del presidente argentino Carlos Menem se estableció la Ley de Convertibilidad del Austral, que tenía como objetivo principal detener la hiperinflación en el país; dicha ley estableció el tipo de cambio de 10,000 australes por 1 dólar, los australes fueron luego reemplazados por una nueva moneda, el peso, que tuvo en su inicio el tipo de cambio de uno por cada dólar. La ley estuvo vigente durante 11 años.

La apertura económica del nuevo gobierno y el tipo de cambio promovieron la modernización del país, pero al mismo tiempo generaron el cierre de múltiples industrias nacionales, lo que a su vez generó un alza en el desempleo; a pesar de ello la economía logró estabilizarse y mucha gente comenzó a endeudarse en dólares, con el paso del tiempo la paridad 1 a 1 entre el dólar y el peso se volvió totalmente insostenible, sin embargo el gobierno de Carlos Menem se negaba a aceptar la realidad y permitir una devaluación.

La crisis final se desató en 1999, cuando Carlos Menen ya había abandonado el poder y gobernaba Fernando de la Rúa; la grave situación generó que entre 1999 y 2003 Argentina tuviera 5 presidentes, hasta la llegada de Nestor Kirchner, quien gobernó de 2002 a 2007, logrando finalmente brindarle una relativa estabilidad financiera y política a la nación. Posteriormente fue elegida como presidenta del país su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, quien fue reelecta en 2011 y es la actual presidenta.

A pesar de que se logró detener la crisis durante el gobierno de Nestor Kirchner, la política económica de Cristina Fernández de Kirchner no ha podido consolidar esa recuperación, ya que en los años recientes de manera constante y sostenida el peso ha perdido valor frente al dólar y el tipo de cambio se ha incrementado a un ritmo cada vez más acelerado.

Algunas agencias informativas reportaron que el jueves de esta semana, el precio del dólar llegó a rozar los 8 pesos, al menos en el mercado oficial, ya que en el mercado informal la cotización llegó a los 12.20 pesos por dólar, lo que señala un nuevo máximo histórico. La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el del mercado paralelo se mantuvo mayor del 70%, el peso se ha devaluado un 25% en el mercado formal y un 47% en el informal.

En octubre de 2011 el gobierno argentino decidió imponer restricciones a la compra de moneda extranjera, su pretensión era detener el debilitamiento de las reservas internacionales limitando la salida de divisas. Estas acciones fueron las que generaron el surgimiento de un mercado informal de divisas en el que el dólar tiene una cotización mucho más alta que la oficial.

La Administración Federal de Ingresos Públicos acaba de ordenar que sólo se permitan operaciones hasta por 25 dólares al año sin pagar el impuesto aduanero; las que rebasen esta cifra tendrán que pagarlo,  toda persona que realice compras al extranjero a través de Internet tendrá que presentar una declaración jurada.

Aunque el gobierno argentino asegura que esta baja se debe exclusivamente a las condiciones del mercado, en algunos sectores de la población existe la percepción de que el gobierno está dejando caer al peso para amortiguar la disminución de las reservas internacionales.

Los cinco países a los que la Argentina les debe dinero, Japón, Alemania, Holanda, Austria y Gran Bretaña, agrupados en el Club de París, han insistido en que la propuesta de Argentina para renegociar la deuda de 10,000 millones de dólares es viable, pero que únicamente la aceptarán si el FMI interviene en el acuerdo. El país tiene hasta el mes de marzo para responder si acepta o no la condición, pero una larga lista de desencuentros con el FMI son un serio obstáculo para la renegociación de la deuda que pretende el gobierno de Cristina Fernández.

Mauricio Macri, jefe de gobierno de Buenos Aires, ha declarado: “Vemos un gobierno con un modelo que está fracasando todos los días y niega la realidad. Negándolos, los problemas no se resuelven”. También aseguró que el modelo económico impulsado por la presidencia está fracasando a diario, mientras la presidenta niega la realidad del país. Hace apenas un año la mandataria aseguró: “Los que pretendan ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar a otro gobierno”, nuevamente parece que las promesas de su gobierno no se cumplirán.

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