Las crisis enseñan

Quedé sorprendida ante la capacidad de respuesta de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”; pero no para controlar la gravísima crisis del penal sino para responder a las críticas de un conductor de noticiero local.

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Las crisis siempre dejan aprendizajes, enseñan qué tan articulados y congruentes son los gobiernos. Si son profesionales o improvisados en su comportamiento. Lo que pasó en el penal de Topo Chico en Nuevo León me lleva a reflexionar acerca de la importancia de que cualquier gobierno con el mínimo de sensatez debe tener capacidad de reacción operativa, no sólo para tranquilizar a la opinión pública, sino para tomar decisiones importantes en momentos críticos. 

Quedé sorprendida ante la tremenda capacidad de respuesta de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”; pero no vaya usted a pensar que para controlar la gravísima crisis del penal, no. En cuestión de minutos, el gobernador, que es bastante apegado a las redes sociales, subió un video a su página de Facebook para responder a las críticas de un conductor de noticiero de televisión local.  Dio cátedra de saber qué decir y qué responder, mientras se desarrollaba una de las crisis más delicadas en la historia penitenciaria en México. Ojalá así lo hubiera hecho aquella madrugada pero para decir lo que estaba ocurriendo en el penal. 

En lo que realmente era importante dar la cara “El Bronco” se vio torpe, lento y con nula capacidad de respuesta. Tardaron más de nueve horas en salir a informar de lo que estaba pasando, tiempo en el que los vacíos de información fueron llenados por los chismes, la especulación y los rencores que arrastran desde la campaña algunos medios. La falta de detalles acrecentó el problema y el terror entre los familiares de los reos, que terminaron amotinados afuera del penal. 

En noviembre del año pasado los franceses nos enseñaron por qué es acertado optar por la información veraz y detallada ante una crisis de Estado, sin tener que recurrir a posicionamientos vergonzosos como el de “la verdad histórica” o demasiado lentos como el de “El Bronco” en Nuevo León. 

La reacción impecable de François Hollande fue inmediata para atender a las víctimas de los atentados de París, auxiliar a las familias, y de paso tranquilizar a la opinión pública. En todo momento, mantuvieron informada a la población en tiempo real con comunicados puntuales y comprobables. Y por supuesto, su operación estratégica logró detener y desarticular a los grupos terroristas. 

Todo el esfuerzo institucional francés es una muestra de que hay autoridades competentes al timón. Esta crisis dejó muestra de por qué Francia sigue siendo un país grande. 

Ojalá que en México pronto entendamos que lo relevante es la información, por encima de la propaganda y la faramalla.

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