¿Cuál izquierda, la panista?
Ya cuando el PAN es más crítico con la figura presidencial que la izquierda perredista, es momento de someterte a una lobotomía bravísima.
Ya cuando el PAN es más crítico con la figura presidencial que la izquierda perredista, es momento de hacer un alto, someterte a una lobotomía bravísima, un exorcismo antichuchista y pedirle a San Marx que se apiade de tu alma.
A lo mejor todo es culpa de Navarrete, que en sus afanes de andar de quedabien —aunque siempre te hace quedar mal—, afirmó que la imagen de los dos líderes camerales del sol azteca, Aureoles y Barbosa, en calidad de acólitos de Peña, era prácticamente símbolo de civilidad republicana. Probablemente, pero sí me pareció un exceso que estuvieran ahí de viene-viene cuando convirtieron en estacionamiento el Zócalo. Sobre todo cuando el michoacano a pregunta expresa afirmó que el Informe había sido realista y autocrítico, incluso austero. Imaginemos lo que diría de Cristiano Ronaldo, que es muy humilde.
Digo, está bien que se tienen que guardar las formas y que hay que mantener los protocolos y portarse como les han solicitado de la manera más atenta don Beltrone y Gamboa Patrón, pero se ven mal estas cosas. Nadie quiere que regrese El puerquito valiente o los encuerados a las instituciones, pero nadie les hubiera censurado aunque fuera un amago rebelde, una luz cegadora, un disparo de nieve al sistema para no perder el ojo de tigre, un recuerdo aunque sea vago de la lucha de clases.
No puede ser que exista un ambiente más contestatario y subversivo en Acción Nacional, donde ya están casi instalados en el internacionalismo proletario. A lo mejor exageran la nota (yo pensé que en cualquier momento el senador Villarreal le iba a gritar “¡Espurio!” al Preciso) porque la presente administración está trabajando para llevar a México al infinito y más allá (que no al más allá como sugieren los malo patriotas), pero hasta suena refrescante en medio de tanto panegírico del zoon politikon macuarrón. Bueno, los góbers preciosos estaban peor que la juventud en éxtasis, compitiendo en aplausos y desplegados con camaradas tan probos como Napito y su sindicato y el Grupo México, especialistas en contaminar ríos a domicilio.
Aunque sí se pasa Gustavo Madero cuando pretende hacernos creer a los mexicanos que la conversión del Programa Oportunidades en Prospera (que no, que no va a dejar próspera a la secretaria Robles, entiendan) es solo un viejo truco para alimentar el cochinito electoral.
O sea, no se puede ser más pejista que El Peje, aunque sea para reconstruir lo que queda del PAN.
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