Cuando calienta el sol en Ayotzinapa

No sé por qué los adictos a la histeria colectiva le exigen a la izquierda que lleve al cadalso a Ángel Heladio como si él hubiera enseñado a bailar las de La luz roja de San Marcos a ex alcalde Joe The Killer Abarca.

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De fuentes dudosas me entero de algo imposible: que el gobierno de Guerrero, luego de ver los escasos efectos mediáticos que generaron los apañones del Viceroy y del Comandante Panochitas, espera un notón bárbaro que borre de pronto la tragedia de Ayotzinapa para que los dejen en paz.

Sobre todo porque se ve que don Ángel Heladio se ve muy a gusto con su guayabera echeverrista enfrentando el huracán en tiempo y forma como Ulises las tempestades con los oídos cubiertos de cera para no caer en el garlito de las sirenas sospechosistas y resentidas que moran agazapadas en los acantilados. 

Bueno, cómo estará la persecución contra uno de los góbers más divertidos de la historia de la patria —más que el Croquetas Albores y los gemelos Duarte— que hasta los de Massive Attack, gran banda de trip hop que pasó a llenarse de lodo al Corona Capital (se comenta que había más lodo en ese festival que en el PRI-PAN-PRD juntos) colocaron en su escenografía hashtags relacionados con el livin la muerte loca en Iguala.

Y luego la gente no tiene paciencia, queman el Palacio de Gobierno porque la justicia no es expedita y, para colmo, las fuerzas del orden balean a chicos del Tec de Monterrey. Son los malditos nervios.

De todos modos no sé por qué los adictos a la histeria colectiva le exigen con sobrada soberbia a la izquierda que lleve al cadalso a Ángel Heladio como si él hubiera enseñado a bailar las de La luz roja de San Marcos a ex alcalde Joe The Killer Abarca, otro gran representante del comunismo cavernario. O sea, en su calidad moral de izquierdista de altos ingresos, el góber merece respeto, y la izquierda mexicana en estos tiempos anda un poco malita de su marxismo para principiantes.

Como quiera que sea, no me imagino al gran contramaestre de Caleta-Caletilla, con tal de quitarse los reflectores de en espera de que un nuevo meteoro entre a Kafkapulco, o que se confirmen los hallazgos de cuerpos en el idílico Ecatepec de Eruviel Ávila como en viejos tiempos del río Tula sediento de sangre, o que se desate una crisis sanitaria con el ébola. 

Pero dicen las autoridades que México está preparado para una contingencia ebolesca, que sabemos manejar los protocolos y tenemos todo el equipo necesario, que como quien dice este virus maligno nos la pellizca. Sí, ajá.

Ya si la cosa se pone muy mal, que Aguirre Rivero le hable a Luis Miguel y Derbez para que le haga un promocional acá bien poético al ritmo de cuando calienta el sol aquí en Ayotzinapa. 

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