Después de meterse la mota hidropónica de Fox, el ex presidente del PAN, ex achichincle de Calderón y uno de los más anticlimáticos políticos de que se tenga recuerdo, que hace ver a Leonardo Valdés como el rey del stand up comedy, Luis Felipe Bravo Mena quiso salir del anonimato tratando a Acción Nacional como si fuera el PRD. En un acto desprovisto de sentido del drama donde califica de “tribus salvajes” a los grupúsculos que se disputan al blanquiazul, el nada bravo Mena puso a los panufos en éxtasis.

En vez de tirarlo de a lurias como si fuera el Costa Bonino del PAN y mandarlo a Harvard, donde no han quitado el letrero de “Se recibe cascajo” (hasta le dieron refugio a la ex vocera de Calderón —la pinchi Sota, diría Chepina Vázquez Mota— sin haber acabado la primaria), los choznos de Gómez Morín reaccionaron peor que Chepo de la Torre, que es tan nutritivo como una mantecada Bimbo.

Ahí está Gil Zuarth, que, en su papel de sirena feliz con fuero, le exigió a Luis Jelipe que no lavara la ropa sucia fuera de casa y que mejor se dedicara a conciliar en vez de criticar. Un demócrata. Digo, como si el monopolio de las tribus salvajes fuera exclusivamente del PRD. Del PRI no, porque ahí son soldados del Presidente, que sabe que aquel que se atreva a disentir no sale en la foto ni alcanza hueso. Ya se sabe que los choznos de don Plutarco estaban velando la cola de dinosaurio en Coahuila. Los paleontólogos no saben si pertenece a Fidel Velázquez o a Moreira & Co.

Como sea, ya ven, el grácil de Gil siempre quiso ser de grande como Calderón… y lo logró. En cualquier momento le va a dar por aplicar michoacanazos. O, en su calidad de nostálgico del viejo régimen, traerse a Margarita Zavala como candidata para tumbar a Papá pitufo Madero. No sean así, tendrían mayores dividendos si resucitan a la Marichela Morales. Digo, si la mujer no pudo controlar al marido cuando comenzó a sentirse Rambo, cómo le va a dar rumbo y certidumbre al partido.

Ricardo Monreal afirmó que Bravo Mena había encuerado a Acción Nacional, cosa que en principio era de suyo una abominación. A lo sumo fue un teibolazo medio ñoño, una estrategia para que se sepa que cuando el perro es Bravo Mena, hasta a los de la casa muerde.