Quizás el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano sepa lo que ignoran los más activos, algunos histéricos (¿qué tal Homero Aridjis?) opositores a la estatua en Paseo de la Reforma de Heydar Aliyev, el ex mandamás de la caucásica República de Azerbaiyán, cuya memoria está siendo tratada como la de Victoriano Huerta y a quien el fundador del PRD se refirió antier como “ese mono”.

Y es que, de no ser el recuerdo de que hizo carrera política en la policiaca KGB soviética (como Vladimir Putin), nadie, ni el ilustrado Güero Castañeda, ha sido capaz de imputarle un crimen que lo haga diferente a cualquiera de los tiranuelos mexicanos inmortalizados en monumentos.

Anoche, gracias a MILENIO Televisión, se supo que ese individuo, tan denostado por los políticamente “correctos”, realizó en 1982 una visita oficial a México y fue recibido en Los Pinos por el entonces Presidente, José López Portillo.

Era el ocaso del gobierno en que el ingeniero Cárdenas Solórzano fue subsecretario forestal y de la fauna, quien no previno a su jefe sobre la insensatez de socializar… ¡con un “mono”!