La Cuba de Trump

Los comerciantes que conozco han mordido el anzuelo y cientos de empresarios mexicanos han intentado hacer negocios con Cuba...

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Las relaciones entre la Península de Yucatán y Cuba siempre han sido culturales y en la actividad económica han sido blanco de exportadores yucatecos para las muy diferentes carencias de la isla; sin embargo, con Trump amenazan con volver a estancarse por la dureza de las restricciones y poca tolerancia del presidente electo en los requisitos para normalizar las relaciones de la isla ya adelantados por Obama.

Trump está de acuerdo con la apertura en la isla por varias razones: las políticas serían que existirá una natural inversión de los empresarios de Florida en Cuba y también provocaría un freno de inmigrantes que huyen ante la falta de oportunidades y futuro económico. Sin embargo, las buenas intenciones de Obama y las tímidas normas de abrir espacios a la libre empresa de Raúl Castro van a un ritmo que simplemente un hombre como Trump no entiende ni acepta.

Los comerciantes que conozco han mordido el anzuelo y cientos de empresarios mexicanos han intentado hacer negocios con Cuba, pero el entramado legal para invertir, es decir, la seguridad de sus inversiones, la falta de garantías de créditos otorgados y la falta de libertad de importación  de insumos han amarrado los giros de inversión a muy pocos para ser viables.

Aquí va a haber un cambio de historia: el condicionamiento de Trump hacia la apertura a Cuba que es ya de dominio público no va seguir si no se otorgan más libertades al pueblo cubano en sus derechos civiles y se generan y eficientan las normas comerciales que necesitan los empresarios para tener garantías legales y respaldo financiero en sus operaciones; aquí será un arma de doble filo: o Raúl Castro acelera la apertura y dinamiza la economía cubana o Trump cierra el comercio y aprieta aún más el embargo que legalmente sigue vigente, en un acto de presión que seguro realizará.

Yucatán no puede más que seguir los pasos de Estados Unidos porque su política de intervención en otros países la considera apoyo ilegal y tiene leyes que limitan o impiden a empresas mexicanas operar en sus mercados comerciales y financieros si apoyan a la isla.

Por otro lado, la muerte de Fidel puede ser tomada por Raúl para terminar de abrir la isla, no sólo a la economía sino a la democracia, o seguir con su agenda y tiempos personales sin ningún país fuerte que lo respalde desde el bloque socialista.

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