Curiosidades literarias
Un hombre conoce a una mujer; le intriga de ella el verla cuidar con gran esmero una pequeña caja, que la acompaña a todas partes.
Emilia Pardo Bazán es una novelista y cuentista española del siglo XlX.
Uno de sus cuentos lleva por título La caja de oro.
El narrador de la historia nos la cuenta a partir de una característica: la curiosidad.
Oigamos el relato.
Un hombre conoce a una mujer; le intriga de ella el verla cuidar con gran esmero una pequeña caja, que la acompaña a todas partes.
El hombre intenta por varios medios saber del contenido de la caja, sin obtener los resultados por él anhelados.
Decide entonces enamorar a la mujer, y finalmente casarse con ella.
Escuchemos sus argumentos: “…la cajita me volvía tarumba, y agotados los medios legales, puse en juego los ilícitos y heroicos…Mostréme perdidamente enamorado de la dueña cuando sólo lo estaba de la cajita de oro; cortejé en apariencia a una mujer cuando sólo cortejaba un secreto; hice como si persiguiese la dicha cuando sólo perseguía la satisfacción de la curiosidad”.
Pese a todos sus intentos, el hombre no lograba satisfacer su enorme curiosidad.
Finalmente, él convence a su esposa, y ella le entrega la caja.
Él ve su contenido.
Desde ese momento ella comienza a desmejorar de salud, hasta llegar a la muerte.
¿Qué contenía la caja?
¿Qué fue lo que llevó a la muerte a su dueña?
Ella se arriesgó a compartir su secreto.
Él empeñó su vida por conocer el secreto que otro ser humano guardaba.
¿Siente usted curiosidad?