Curso veloz de 'limpieza financiera', por el Papa

La “purificación financiera” comenzó cuando el Papa abolió el pago anual de 25 mil euros a los cinco cardenales de supervisión del banco.

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Cómo combatir el lavado de dinero, el tráfico de influencias y la opacidad financiera son tres grandes temas económicos sobre los que, en un futuro cercano, el papa Francisco podría dar cátedra.

Hoy termina una de las semanas más complicadas de la historia financiera de la santa sede, que arrancó con el anuncio este lunes de la creación de una comisión investigadora sobre el banco del Vaticano.

“Dios los perdone por lo que han hecho”, dijo en broma sobre su designación el día que salió por primera vez al balcón de la Basílica de San Pedro. Los más altos directivos del Instituto para las Obras de la Religión, IOR (más conocido como el banco del Vaticano), no sabían cuán cierta iba a ser esa frase. 

Arrancó julio y el Papa les hizo firmar su renuncia al director y al vicedirector del banco. Hacía menos de una semana que había designado a una comisión de investigación sobre el banco de 71 años de trayectoria —no siempre santa. 

La “purificación financiera” comenzó antes: el 19 de abril Francisco abolió el pago anual de 25 mil euros a cada uno de los cinco cardenales en el consejo de supervisión del banco. Dos semanas después firmó un memorándum con la Organización contra Crímenes Financieros del gobierno de Estados Unidos para hacer un frente común ante el lavado de dinero. En el proceso, un contador del Vaticano fue detenido por el contrabando de 20 millones de euros. 

El caso del banco del Vaticano es particularmente complejo. Porque no es un ‘banco’ per se: no hay chequeras, no da préstamos. Es más bien un fondo financiero más que un banco. La mayoría de las inversiones que realiza son depósitos de corto plazo en bonos de otros Estados y como está en una ciudad-Estado, todas sus operaciones son internacionales. 

Ayer se publicó el informe anual de la santa sede, que reveló que el IOR tuvo una caída de 12% en las donaciones desde todo el mundo. ¿Traerá este exorcismo financiero del papa Francisco más trasparencia a la Iglesia católica y con ella más fieles y más donativos?

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