De chinos y vómitos
Luego de la intoxicación masiva en Tekax, otra se registró en Mérida, en un restaurante de comida china ubicado precisamente frente al Hospital O’Horán.
Aunque quizá haya pasado desapercibido por cuestión de cantidad, las 26 personas que el martes resultaron intoxicadas por consumir alimentos en mal estado, de las cuales una mujer falleció, merecen la atención inmediata de las autoridades de Salud de Yucatán porque parece que ya se está volviendo una “tradición” que colectivos de humanos enfermen, tengan deposiciones y hartos vómitos.
Hace menos de tres semanas, en los campos agrícolas de Ayim, en Tekax, donde funciona la empresa de capital estadounidense “South Valley”, 402 empleados enfermaron brutalmente, uno tras otro, después de haber comido carnita aceda y con bacterias malévolas que suelen jugar malos ratos a la “tambora que almacena los frijoles”.
Después que los trabajadores tuvieron sus horas de “corre que te alcanza”, todos fueron atendidos en hospitales de la región sur de Yucatán y nadie pasó a mejor vida. Eso fue lo bueno. No faltaron las vaciladas sarcásticas de que, al cultivar mucho pepino en los campos, pues ese vegetal también sirvió para trancar, de golpe y porrazo, las ganas de hacer del “2”.
Pero ahora resulta que en Mérida y en Muna hubo una intoxicación colectiva y simultánea por el consumo de alimentos en estado inconveniente. En la población rural seis integrantes de una familia consumieron masa de maíz que, según los primeros análisis de los laboratorios del sector salud, estaba contaminada con un pesticida. Desgraciadamente, una mujer de 78 años de edad falleció por broncoaspiración al tratar de expulsar el alimento podrido.
El resto de sus familiares, incluidos su esposo, con más de 80 años de edad, y su hija, así como nietos y nuera, acabaron en hospitales de Mérida.
Y el otro asunto se registró en Mérida, en un restaurante de comida china llamado “Guang Dong”, ubicado precisamente enfrente del Hospital O’Horán, donde 15 comensales enfermaron súbitamente de vómitos y diarrea. Lo peor del caso es que cuando los familiares de los enfermos acudieron a reclamar a los dueños, los chinitos apretaron más sus ojitos y rechazaron ser los culpables. Quizá en su idioma nacional, los asiáticos les recordaron sus progenitoras a los afectados, quienes también se pusieron como el legendario Bruce Lee: listos para entrarle a los karatazos.
PRIMERA CAIDA.- No puede decirse que es tanta casualidad que se registren intoxicaciones masivas en menos de un mes en Yucatán. Primero los jornaleros agrícolas y, después, en Muna con nixtamal infestado de pesticida, y en Mérida, con unos chinos viéndonos las caras. La Secretaría de Salud tiene que revisar estos casos con urgencia, de lo contrario, en semanas, tendrán que instalarse cientos de letrinas portátiles en la ciudad.
SEGUNDA CAIDA.- El changarro “Guang Dong” ya ha sido clausurado con anterioridad por vender alimentos en mal estado. ¿Acaso los hijos de Mao Tse Tung son muy influyentes?
TERCERA CAIDA.- ¿Cómo se dice comida podrida en chino?: “Ya me zulé”.