De nuevo la educación vial

Los accidentes automovilísticos y su preocupante mortalidad conviven con nosotros desde hace años, con una tasa de crecimiento constante.

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Sin duda la modernidad ha generado más comodidad, produciendo adecuaciones que van facilitando la comunicación, así como otras ventajas en la vida diaria; sin embargo, también ha contribuido a la aparición de otros peligros que antes no existían.

En este contexto, los accidentes viales son uno de esos peligros antes desconocidos, en los cuales, está comprobado, el factor humano es la causa de un elevado porcentaje (en algunas ciudades del orden del 90%) de estos accidentes.

El ámbito vial, especialmente el del tránsito vehicular, es uno de los espacios que habitualmente compartimos miles de usuarios en nuestra ciudad, y como espacio público es un escenario de relaciones sociales diarias de toda la comunidad, ya que nuestro comportamiento, como el no respetar la luz roja u obstaculizar el tránsito de los otros conductores o transeúntes, o sí respetarla y facilitar la circulación con seguridad de los demás usuarios, establece las formas de relacionarse socialmente en ese espacio, amigable o agresivamente.

Lamentablemente la transgresión de las normas y señales de tránsito es algo ampliamente extendido, que se ha convertido en una forma cotidiana de relacionarse con los demás en el espacio vial. Muchos son los usuarios que conducen de tal manera, que es evidente que no están guiados por un criterio de convivencia comunitaria, es decir, de compartir los espacios públicos, sino que parecen agresivamente competir por ese espacio.

Los accidentes automovilísticos y su preocupante mortalidad conviven con nosotros desde hace años, con una tasa de crecimiento constante, siendo las personas de menos de treinta años el segmento de la sociedad que más alimenta las estadísticas de mortalidad por accidentes viales.

Si bien nos esforzamos por tener una normativa adecuada al tránsito moderno, programas de prevención con controles eficaces, una mejora continua de las vías de circulación y modernización de los sistemas de transporte, tenemos un gran faltante que es la educación vial, que, aunque da resultados más lentos, es fundamental para promover una relación armónica entre  los elementos que interactúan en los espacios viales, siendo la enseñanza de valores elemento fundamental para el éxito de la educación vial.

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