Esta etapa que va del 650 al 900 dC tiene dos lecturas: desde el centro de México, después de la caída de Teotihuacán y los cambios dramáticos que se dieron, se le llama Epiclásico, pero, si la vemos desde la región maya, es el momento más próspero y al que se denomina Clásico Tardío. 

Entre los años (600 y 700 dC) cesa la influencia teotihuacana en el área maya y en toda Mesoamérica y del gran puerto de Matacapan como un centro de intercambio. La cerámica de Teotihuacán desaparece de las minas de San Luis Potosí. Se interrumpe el comercio entre  Morelos y el Valle de México. Así la gran metrópoli llega a su fin.

La caída de Teotihuacán se puede explicar a partir del empuje de ciudades intermedias que buscan despuntar en las redes de intercambio. Es como si las ciudades menores se quitaran la presión de una gran potencia que regulaba la vida económica de todos.  

La extinción de Teotihuacán en el área maya permite inferir que fue una de las causas del aceleramiento del desarrollo regional, por el cual las ciudades mayas se volvieron más prósperas como bien lo reflejan la arquitectura, la escultura, la manufactura de objetos rituales y suntuarios que logran una riqueza sin precedente.

Las ciudades mayas como Palenque, ubicada al pie de la sierra chiapaneca; Piedras Negras y Yaxchilán, en el Usumacinta; Tikal, en el Petén guatemalteco, y Calakmul, al sur de la Península de Yucatán, tuvieron su momento de florecimiento en el siglo VII.  

La etapa de esplendor de los mayas se conoce gracias a que éstos tuvieron una escritura glotográfica, que reproduce el discurso oral, así como un fechamiento preciso. En principio los relatos de los mayas durante el Clásico solamente hablaban de nacimiento, entronización, declaraciones de guerra, dedicación de templos, muertes, etc. Pero en los últimos años la lectura de las inscripciones ha sido más exitosa y se sabe que hablan del gran esplendor del siglo VII. 

La tarea de desciframiento de los jeroglíficos puede, sin embargo, cambiar la historia de los mayas prehispánicos y pudiera ser aún más exitosa si los mayas actuales aprendieran la metodología y descifraran su propia historia ancestral.