En defensa de las mujeres

Ante una agresión sexual hay que pedir ayuda, denunciar, no confiarnos. Quien protege a un abusador está permitiendo que un niño más sea abusado.

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Hay reflexiones muy lúcidas en torno a las agresiones sexuales que sufrimos las mujeres. Me gusta la que dice que los consejos de no usar falda corta o escote y no andar por lugares oscuros a altas horas de la noche no tienen eco en el lado masculino. Es decir, ¿qué consejos o señalamientos se dan a los hombres? ¿También les explicarán que una mujer con minifalda o escote no pide a gritos que le falten al respeto?

Esto viene a cuento por un desagradable incidente que vivimos hace unos días en la Central de Abastos. Mi sobrina expresó su disgusto porque un tipo se tocaba los genitales y después tocaba las frutas, mi hermana le dijo que no lo mirara, la niña insistió y mi hermana le dijo que no hiciera caso, que era normal, que  hay hombres sin educación y puercos que se  tocan todo el tiempo.

Mi sobrina se paró a mi lado asustada y empezó a insultar; como es una niña, nos dieron risa sus leperadas. ¡Cuál no sería mi sorpresa, al voltear y ver al motivador de los insultos: un tipo cuarentón, avanzaba decidido a la niña, con la bragueta abierta y los genitales afuera! Le grité: Oiga señor, cierre sus pantalones, trae todo de fuera.  

Él sonrió, se cerró la bragueta y se fue. Otras señoras se acercaron a decirme que ya lo habían visto pero que no sabían qué hacer. Llamamos a un policía, le dije que yo pondría una demanda al tipo por exhibir sus genitales y acosar a una menor en público.

El tipo  vio al policía, se perdió entre los puestos y se escondió en una bodega. Los empleados nos dijeron que no estaba ahí, salieron 5 hombres a defender al exhibicionista y, sin permiso de pasar, no pudimos hacer nada, ante la frustración del gentil policía que nos aconsejó que la próxima vez amarráramos al tipo hasta que viniera la autoridad: “Cuando los niños hablan, hay que escucharlos, ver lo que ellos están mirando y les da miedo”. 

Las palabras del policía quedaron en mi cabeza, pero también quedó en mí el deseo de construir nuevas formas de cuidado a las mujeres, de no considerar “natural” ninguna agresión sexual. No sabemos cómo reaccionar ante casos como éstos, hay que pedir ayuda, denunciar, no confiarnos.

A los tipos que escondieron al acosador les recuerdo que éste agredió a una menor, es muy probable que lo haya hecho antes y que siga haciéndolo. Quizá un día lean estas líneas; les recuerdo que quien protege a un abusador está permitiendo que un niño más sea abusado. Nosotras, las mujeres, seguiremos construyendo por la libertad y el respeto, es bueno saber que hay más hombres que se unen a esa construcción.

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