Deficiente servicio de salud

El servicio de salud pública que se nos ha brindado en los últimos años no ha sido el mejor. Observamos clínicas en pésimas condiciones...

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El servicio de salud pública que se nos ha brindado en los últimos años no ha sido el mejor. Observamos clínicas en pésimas condiciones, inclusive insalubres, y no cuentan con personal que atienda con rapidez y eficiencia a los enfermos, ni con medicamentos, material quirúrgico, equipo moderno, ambulancias, entre otras necesidades, es decir, son inoperantes para los requerimientos de la ciudadanía, sobre todo para los que menos tienen. 

Nuestra Carta Magna consagra el derecho humano a la salud a favor de toda persona. Y la forma de garantizar este derecho es, por un lado a través de la protección a la salud y, por el otro lado, el acceso a los servicios de salud. Sin embargo, muchos gobiernos se pasan por el arco del triunfo lo plasmado en nuestra Constitución, dejando en completo abandono a miles de comunidades rurales en donde muchas de las veces tienen prohibido enfermarse los fines de semana, ya que no hay médicos o enfermeras que los atiendan. 

Los centros de salud, las clínicas del IMSS y el tan sonado Seguro Popular, no están a la altura de los tiempos actuales; estos son incapaces de atender a las personas que por necesidad acuden a ellas. Vemos enfermos esperando horas para ser atendidos por el médico general, porque éstos son muy pocos para la gran cantidad de gente que acude diariamente; este problema también lo vemos en el servicio de urgencias, aquí la mayoría son practicantes o que están ejerciendo su servicio social y sólo se encuentran algunos médicos titulados, los cuales vigilan lo que hacen los futuros galenos. 

Como siempre, quienes menos tienen son los que sufren las deficiencias del sistema de salud. De acuerdo con la clasificación de los servicios que podemos requerir en materia de salud, hay algunos que por su urgencia, emergencia y gravedad, si no se atienden en forma inmediata o dentro de cortos lapsos de tiempo, la consecuencia es fatal. Por eso es importante que la infraestructura llegue a todos los rincones de nuestro país y de nuestro estado para que de manera efectiva se garantice el derecho fundamental a la salud, de lo contrario será letra muerta lo que se establece en nuestra ley suprema. 

La Secretaria de Salud del estado, Alejandra Aguirre Crespo, se ha mantenido a flote gracias al apoyo que tiene de un conocedor del área como lo es Manuel Aguilar Ortega, quien funge como subsecretario pero con gran peso dentro de la Secretaría. Para muchos Alejandra Aguirre Crespo aun no asimila la magnitud de la encomienda que se le asignó, y si bien es cierto el tema de salud requiere muchísima inversión, también es cierto es que con voluntad e imaginación se puede hacer mucho con poco. 

Los trámites burocráticos, las órdenes administrativas, la corrupción, el despilfarro y la injusticia han sobrepasado no solo los valores sino las necesidades básicas de nuestra sociedad. Es evidente la podredumbre del sistema de salud que ha olvidado el verdadero valor de la vida. Los seres no somos un número más en un formulario de solicitud de asistencia; somos hijos, padres, hermanos o esposos que queremos y merecemos vivir. Es cierto que el sistema de salud estaría a salvo si no se educara a la gente para la enfermedad, sino para la prevención; si los ciudadanos reclamaran su derecho al saneamiento básico antes de verse en la penosa tarea de exigir los costosos medicamentos que engordan a las farmacéuticas. 

Los últimos gobiernos federales no invirtieron en la construcción de más clínicas y hospitales de salud, tampoco en la contratación de médicos, enfermeras, camilleros y en general de personal de apoyo, mucho menos llevaron a cabo verdaderos programas y proyectos de salud que viniera a favorecer a la ciudadanía; se la pasaron en discursos que de nada sirvieron y que sólo molestaron a la sociedad. 

Además, el horario en la mayoría de las clínicas públicas es por las mañanas y de lunes a viernes ¿acaso la gente no se enferma por las tardes y noches? Entonces por qué no implementar este servicio las 24 horas los 365 días del año para que las personas cuente con atención médica a la hora que sufra alguna enfermedad de urgencia. Ojalá que nuestros diputados locales y federales tengan como prioridad en su agenda preocuparse y ocuparse de la salud de todos.

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