Del acoso escolar

Hace una semana, al hablar con amigos sobre los temas que podríamos utilizar en un programa de entretenimiento, escuché decir que “el bullying está de moda”...

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Hace una semana, al hablar con amigos sobre los temas que podríamos utilizar en un programa de entretenimiento, escuché decir que “el bullying está de moda” y, con lo que queda de mi capacidad de asombro, atiné a decir lo impactada que estaba con el comentario.  

Me parece que estar de moda no es agradable cuando se trata de un tema que deja tanta afectación en quien lo sufre, pero en la explicación sobre el asunto de que el acoso escolar ha existido desde  siempre, entendí que la agresión -como muchas otras cosas en el mundo- ha estado entre nosotros hace cientos de años. La diferencia es que ahora se sube a las redes y se habla de ello.

Recuerdo que en mis años de escuela tenía dos problemas: los sobrenombres desagradables y los rumores falsos sobre el comportamiento de todos. El asunto va más allá de lo que un tema así afecta a otros. Primero porque si es una pelea, todo puede acabar rápido, pero si es un constante molestar, el asunto podría durar un ciclo escolar completo.

El otro tema es que no siempre el maestro o los papás creen en lo que el estudiante dice, y estos casos son normalmente. 

En Quintana Roo, la Comisión de Derechos Humanos reparte un tríptico en el que explica que se deben reprobar las actitudes de violencia ofreciendo ayuda al atormentado o hablando con el agresor. Mientras que a los provocadores les dice que se pongan en el lugar de la víctima y se den cuenta que su conducta lastima a otros y aleja a las personas de su lado.

Afortunadamente hay padres de familia preocupados porque estos casos disminuyan y hay miembros de distintas organizaciones que hacen labor para que los demás lo  escuchen.

Creo que el asunto de permear el tema, en campañas, pláticas, conferencias y demás es que todos escuchemos los mensajes sobre no juntarnos alrededor de un pleito sin intervenir, o alejarnos con otros para reírnos de la desgracia de uno, porque eso hará adultos que utilizarán las fotos de desconocidos y amigos para hacer memes o videos y subirlos a las redes, para que otros miles de desconocidos las reproduzcan y así acaben con una profesión o una vida, por sólo robar una sonrisa. 

La ley para prevenir, atender y erradicar la intimidación escolar indica que hay infracciones para los profesores por incitar a la intimidación; practicarla, ignorarla o bien no informar de su realización; y por supuesto no asistir a la víctima.

Deberíamos recordar que lo peor no es que se pueda denunciar algo que tendría que ser diferente, sino que se puede repetir en el trabajo a otros niveles. Este año, en marzo pasado, el Senado aprobó cambios al Código Penal Federal para multar  hasta con 40 días de salario mínimo a quien acose laboralmente, y en caso de que el victimario fuera superior jerárquico, se le destituiría de su cargo.

Me parece que comenzar en la escuela permitiría hacer buenas costumbres entre los mexicanos que disminuyan la necesidad de ser adultos agresivos. En tema es contribuir con un granito de arena para formar una playa.

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