Del miedo a la tranquilidad

Autoridades de Noruega le negaran asilo político a Adán Cortés resolviendo ipso facto deportarlo, el joven dijo: No quiero ser un estudiante más que desaparezca o que aparezca muerto.

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Después de que Adán Cortés irrumpió en la premiación del Nobel de la Paz para llamar la atención sobre el caso Iguala, y de que las autoridades de Noruega le negaran asilo político resolviendo ipso facto deportarlo, el joven dijo a la televisión pública de aquel país:

“Creen que exagero y espero que tengan razón”.

 ¿A qué se refería?

“Dicen que no puedo probar que estaría en peligro si viajo de vuelta a México…”.

Su caso fue saldado con una multa de 15 mil coronas (dos mil 98 dólares o 30 mil pesos mexicanos, aproximadamente) por “alteración del orden” y “entrar de forma ilegal” en el ayuntamiento de Oslo.

Poco antes de salir de Fráncfort, declaró a la cadena CNN:

“No voy a regresar a un lugar donde sé que mi propia seguridad corre riesgo. No quiero ser un estudiante más que desaparezca o que aparezca muerto, y que el gobierno diga que fue el crimen organizado”.

Y anoche, al llegar a México, dijo que en Noruega se sintió “un poco ofendido”, pero terminó admitiendo: ya “me siento tranquilo, me siento seguro…”.

¡Pues qué bueno!

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