Desaparecidos: ¿y cuándo renuncia Lía?

Las disparatadas cifras dadas a conocer por Lía Limón muestran la profunda ignorancia de la responsable de derechos humanos del gobierno federal.

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Una de las mejores cosas que puede hacer un gobierno es corregir los errores. En el arte de gobernar es vital corregir sobre la marcha lo que no funciona y a quienes no sirven para ocupar los cargos públicos. Lamentablemente, nunca faltan presidentes o gobernadores que se aferran a decisiones equivocadas y por ello pagan un alto costo.

Hoy la administración de Enrique Peña Nieto se encuentra en una encrucijada gracias al vergonzoso y lamentable resbalón de la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Segob, Lía Limón, en materia de desaparecidos en México en la víspera de la presentación formal del reporte sobre el tema de la prestigiada organización no gubernamental Human Rigths Watch.

La señora Lía Limón tuvo a bien decir que en este país había un registro de 27 mil desaparecidos cuando Human Rigths Watch documentaba 248, de los cuales 149 eran atribuibles a las fuerzas del Estado mexicano, entendidas como policías federal, estatal y municipal, así como el Ejército y la Marina, información que mostró inconsistencias en 30 casos, según una revisión hecha por MILENIO.

Más allá de ello, las disparatadas cifras dadas a conocer por Lía Limón, que tuvo que enmendar su jefe, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, muestran la profunda ignorancia de la responsable de derechos humanos del gobierno federal, que además tuvo el desatino de pretender zafarse del entuerto que provocó atribuyendo los datos a la fallida administración de Felipe Calderón.

Apenas un elemental conocimiento del tema permite saber, de entrada, que los derechos humanos solo pueden ser violados por autoridades gubernamentales y que las desapariciones forzadas únicamente pueden realizarlas militares, policías o grupos armados organizados, por eso las cifras que dio Lía Limón harían pensar que en México hay una ola de desapariciones forzadas del tipo de las vividas en las dictaduras sudamericanas de los años setenta y ochenta.

Frente a tal desconocimiento del tema, ausencia de sentido común y falta de oficio político, lo natural es que en Los Pinos y el propio secretario Osorio Chong evalúen que ya simple y llanamente Lía Limón sea destituida, ya sea por la vía de la renuncia o el cese. Una funcionaria tan descalificada técnica y políticamente no puede estar al frente de la conducción de las políticas públicas en materia de derechos humanos.

De no tomar esa medida, tanto el Presidente como el secretario de Gobernación estarían avalando y compartiendo la ignorancia e ineficacia de doña Lía Limón y eso simplemente sería muestra de que en el gobierno de Peña Nieto no están los mejores, tal como aseguró Osorio al dar a conocer el gabinete.

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